Así lo dijo durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde se presentaron los principales resultados de la Memoria anual de monitorización del discurso de odio en redes sociales correspondiente a 2023, que realiza el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe).

Según Saiz, ese estudio “interpela al conjunto de la sociedad”, pues refleja que en el 45,5% del discurso del que son objeto se vincula a este colectivo con la inseguridad ciudadana y se utiliza un lenguaje agresivo explícito contra ellos, concretamente en el 52% de los casos.

Los datos obtenidos muestran que las cinco plataformas monitorizadas (X/Twitter, Facebook, Instagram, TikTok y YouTube) retiraron menos de la mitad del contenido que se les notificó en 2023: un 49,4% de los 2.655 contenidos reportados que podían ser constitutivos de delito, de infracción administrativa o que violaban sus propias normas de conducta internet.

La mayor parte de ellos, el 30,7%, fueron eliminados cuando se notificaron como ‘trusted flagger’ (comunicadores de confianza), mientras que cuando se comunicaron como usuario normal, sólo se retiró el 18,8% del contenido reportado. De este modo, el informe alerta también de que los reportes de potencial discurso de odio que hace la ciudadanía como usuario normal tienen pocas probabilidades de ser retirados.

EXTREMA VULNERABILIDAD

Son “datos alarmantes”, remarcó la ministra, que subrayó que “al agravio de un discurso racista no debemos pasar por alto que son niños y niñas sin la tutela de su familiares y en una situación de extrema vulnerabilidad”.

Por todo ello, Saiz apeló a una colaboración “más extensa” para actuar de forma “implacable” contra esos discursos. Según dijo, las personas originarias del norte de África, seguido de la islamofobia, son las dos categorías diana a las que más contenido de odio se dirige, con un 33,7% y 26,2%, respectivamente, sobre el total monitorizado. Esto afecta principalmente a la población de origen marroquí, que es la segunda nacionalidad extranjera más numerosa en España, con 787.317 personas residentes.

La ministra remarcó que el objetivo de los discursos de odio es “deshumanizar o degradar gravemente” a las víctimas, con la “exaltación de la expulsión del colectivo del inmigrante” a través de un “prototipo de inseguridad ciudadana” que se ceba con determinados “grupos diana” y fomenta un “ambiente hostil que puede llevar a más conflicto social”.

Es más, remarcó, estos discursos buscan “normalizar” la idea de que hay grupos “peligrosos” y “sin valor como seres humanos”, lo que genera “impacto psicológico y físico” en las victimas e, incluso, “dificulta el desarrollo normal de sus vidas”.

CONTRANARRATIVA

Saiz concluyó con las recomendaciones del informe de impulsar una “contranarrativa” a esos discursos, apelar a la responsabilidad de las plataformas para que actúen de forma rápida e impidan que se viralice el odio y trabajar en políticas de integración social de las personas migrantes.

“Lamentablemente, el discurso del odio no se queda en las redes sociales”, añadió la ministra, que avanzó que “en otoño” firmará un convenio con LaLiga para mejorar la motorización en redes sociales de los discursos de odio.

También remarcó que el Gobierno será “contundente y rotundo” contra esos mensajes, lo que también “implica”, en su opinión, al líder de la oposición. Saiz apeló a Alberto Núñez Feijóo a la “responsabilidad” tras acusarle de “alimentar bulos” sobre menores migrantes no acompañados a los que el Gobierno llevaría en aviones a llenar las calles “de nuestros barrios”.

En respuesta a la prensa, Saiz negó la hipotética relación estadística entre migración irregular y violencia y en concreto con delitos de violencia machista. "No, no hay más que consultar las estadísticas oficiales", señaló defendiendo que, más bien, ocurre "lo contrario", según el informe que presentó, que "traslada que los discursos de odio incrementan la posibilidad de atentar contra los más vulnerables".