González Laya intervino este miércoles en la Asamblea General del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), donde aseguró que el viaje de Sánchez sirvió para “poner las bases del tríptico de las relaciones con China”.

“Lo peor que nos va a pasar a los europeos es que China y Estados Unidos se pongan de acuerdo y nosotros seamos la variable de ajuste”, advirtió la ahora decana de la Paris School of International Affairs (PSIA) del Sciences Po de París.

González Laya recalcó que China está viviendo “una situación dulce y amarga a la vez”. Dulce por el “sentimiento de orgullo” que le causó la aparición de DeepSeek y su presencia en la batalla tecnológica, y amarga por sus dificultades internas y su guerra comercial con Estados Unidos.

“China no quiere ser el nuevo Estados Unidos, quiere ser una potencia con nombre propio y quiere asegurarse la reunificación con Taiwán. Es la reivindicación personal del presidente chino", Xi Jinping”, agregó.

En ese objetivo de ser “una potencia con nombre propio”, China está interesada en mantener las relaciones abiertas con la UE y, a juicio de González Laya, el bloque comunitario debe seguir en esta línea, pero “con reglas del juego, porque si no es la depredación”.

Entre esos requisitos que debe marcar de Europa deben seguir la defensa de los derechos humanos y una petición a China para que sus inversiones en la UE también sean beneficiosas para los europeos, con arraigo de tecnología, creación de empleo y valor añadido para los Veintisiete. La exministra lamentó que, por el momento, se está jugando con “un mínimo común denominador” establecido por la falta de exigencias de Hungría.

“Nuestra relación funcional con China no es amor y no es una alianza, es la cuestión de nuestros intereses. Parece que lo que tenemos que hacer es sustituir a Estados Unidos por China y ese no es el juego”, avisó.

“HACER EL JUEGO” A ESTADOS UNIDOS

La exministra también analizó las relaciones con Estados Unidos, un país que ha sido “garante” de la seguridad en Europa y que ahora tiene como objetivo “empequeñecerla”.

Ante este contexto, González Laya abogó por “hilar muy fino” y estar preparados, e incluso “hacer el juego de las sanciones”, pero sin utilizarlas ni caer en la retorsión comercial, que para la UE sería “dispararse en el pie”, con 4.400 millones de euros diarios en comercio entre Estados Unidos y la UE.

González Laya recordó que el arancel medio de Estados Unidos oscilaba entre el 2,5% y el 3%, mientras que ahora ronda el 25%. Ante la imposibilidad de bajarlo a los niveles previos, consideró una buena cifra llegar al 10% para evitar que el mundo entre en una espiral proteccionista. Así, con un arancel estadounidense en el 10%, este se convertiría en una variable manejable, como el precio del petróleo.

Para los próximos años, la decana pronosticó un sistema con mayor presencia del Estado y menos del sector privado.

ESPAÑA EN EL CENTRO

La exministra consideró que España parte ahora “con ventaja”, ya que es una de las economías “que mejor funciona” tanto en España como en el mundo. “Es una de las paradojas que nos ocurre pocas veces”, admitió.

A su juicio, España debería aprovechar esa ventaja para “situarse en el centro de gravedad de la UE” e impulsar “más mercado único”, sobre todo en lo que se refiere a la energía y a los capitales.

En cuestiones de defensa y seguridad, reconoció que España tiene que gastar más, pero, a la vez, pedir “que se haga más a nivel europeo” con una “articulación conjunta”.