De hecho, el juez señala que los planes de la banda terrorista se suspendieron finalmente en julio de 2008, cuando fue desarticulado el "comando Vizcaya", el grupo que iba a participar en la fuga de la cárcel de Huelva.

Así lo asegura el magistrado en el auto por el que dictó prisión provisional para el etarra García Sertutxa -que ya se encuentra en la cárcel por otras causas, entre ellas por el intento de asesinato del Rey en 1995- y para el abogado de la izquierda "abertzale" Iñako Goyoaga, a los que acusa de participar en el plan de fuga.

Además, el magistrado impusó una fianza de 60.000 euros para la novia de García Sertutxa, Ana Paz Cisnos. En concreto, Grande- Maslaka, a instancias del fiscal Pedro Martínez, imputó a García Sertutxa un delito de quebrantamiento de condena en grado de tentativa, mientras que a Cisnos y Goyoaga les atribuyó un delito de colaboración con banda armada, si bien en el caso del abogado podría llegar al delito de integración en organización terrorista.

En cambio, el juez no dictó medidas cautelares contra los otros tres arrestados en la operación: los etarras Igor Solana y Arkaitz Goikoetxea -que aún así deberán volver a prisión en donde cumplen condena por otras causas- así como para Inge Urrutia, la novia del etarra huido Asier Borrero, al no haberse encontrado pruebas suficientes de su participación en el plan de fuga.

ETARRA EMBARAZADA

Según Grande-Marlaska, ETA tenía "perfectamente elaborado" el plan de fuga para llevarlo a cabo en el verano de 2007. La banda tenía todo preparado para evadir del centro penintenciario a "dos internos", uno de ellos "identificado con total seguridad" como Jorge García Sertutxa, mientras que todo apunta a que el segundo sería el etarra Igor Solana, el que fuera miembro del "comando Andalucía".

En la acción iba a participar el "comando Vizcaya", que en ese momento estaba compuesto, entre otros etarras, por Arkaitz Goikoetxea, Asier Borrero y Jurdan Martitegi, e iba a ser apoyado por "un comando de legales".

Finalmente, ETA tuvo que suspender el plan de fuga "por motivos achacables a uno de los internos que iban evadirse". Grande-Marlaska señala que estos motivos personales podrían referirse a que en verano de 2007 la compañera sentimental de Solana, que cumplía condena en la cárcel valenciana de Picasent, se quedó embarazada, por lo que el etarra pidió su traslado a ese centro penitenciario.

Por lo tanto, el plan de fuga quedó pospuesto para el verano de 2008, si bien la desarticulación del "comando Vizcaya" en julio de ese año volvió a dar al traste con los planes de la banda terrorista, que suspendió definitivamente su proyecto.

FUGA EN HELICÓPTERO

El auto subraya que la materialización del plan de fuga "requería el secuestro previo de un helicóptero, la evasión y la posterior huida en vehículos, previsiblemente vía Portugal".

En este sentido, Grande-Marlaska asegura que Asier Borrero, huido tras la desarticulación del "comando Vizcaya" en julio de 2008, se desplazó a Portugal y Huelva en junio de ese año junto con su novia, Inge Urrutia.

Este viaje respondía "a la necesidad de actualizar la información" para intentar de nuevo la fuga de los internos, principalmente en lo relativo a "la elección del helipuerto" en el que debía aterrizar el aparato que iba a sacar a los etarras de prisión, pero también para estudiar las carreteras por las que huir.

Aún así, el magistrado decidió dejar en libertad a Urrutía al entender de los datos disponibles en la actualidad en la investigación sólo se desprende que "fue utilizada" por Borrero "como cobertura de dicho periplo".

El auto destaca también que, para elaborar el plan de fuga, García Sertutxa estuvo comunicándose de forma continúa con la dirección de la banda.

NOTAS EN EL SUJETADOR

En este contexto, el magistrado afirma que la principal vía de comunicación entre García Sertutxa y la dirección de la banda era la novia del etarra, Ana Paz Cisnos, quien, según ha reconocido, llegó a esconder una de las notas del interno en el interior de su sujetador.

Cisnos también señaló ante el juez que el destinatario de las cartas de García Sertutxa era el abogado Iñako Goyoaga, quien a su vez transmitía las misivas a la dirección de la banda. Los datos de la investigación "no dejan ningún genero de duda sobre la implicación del abogado como correo entre el preso y la organización".

Por otro lado, el magistrado destaca que en el despacho profesional de Goyoaga se encontró una carta de extorsión de ETA dirigida a un empresario navarro al que la banda terrorista reclamaba 120.000 euros y fechada en abril de 2008.

Asimismo, se le ha encontrado otra carta en la que se refieren "los hábitos de una persona no identificada", y en la que se describía "la localidad a la que acude de vacaciones y sus características", unos datos que para el magistrado "razonablemente van a determinar como actuar en caso de perpetrarse un hipotético atentado".