La mitad de dichos beneficios fueron a parar a la Exxon, que tuvo unos resultados positivos de 5.600 millones de dólares (alrededor de 560.000 millones de pesetas), loque le convirtió en la número uno del "ranking" de las 500 principales empresas industriales que elabora anualmente "Fortune".

De las otras "seis grandes" refineras norteamericanas, Mobil ganó 1.920 millones de dólares; Amoco, 1.484; Texaco, 1.294; Chevron, 1.293; y Shell Oil, 20. Excepto esta última compañía, las demás se situaron entre las veinte con mayores beneficios de los Estados Unidos.

Los positivos resultados de las grandes petroleras contrastan con la negativa evolución del conjunto de as empresas nortemericanas de carácter industrial, ya que 103 de las 500 principales perdieron dinero y, en conjunto, se produjo una caída de beneficios del 41 por cien.

La Exxon fue también la segunda empresa por ventas, con una facturación de más de 10 billones de pesetas, sólo por detrás de General Motors, que vendió automóviles por un importe total superior a los 12 billones.

Esta cifra de ventas, que en el caso de la Exxon supuso una disminución del 2,5 por ciento respecto a 1990, no afectó l crecimiento de sus beneficios, que fue del 11,8 por cien respecto a 1990.

Las demás grandes petróleras sí registraron una disminución en sus beneficios, que fue especialmente acusado en la Shell Oil, del 98,1 por ciento y en la Chevron, del 40,1 por cien.

En 1991, las 29 grandes empresas dedicadas al refino de petróleo fueron, dentro del sector industrial norteamericano, las que realizaron un mayor volumen de ventas y las que obtuvieron más beneficios, cerca de 1,3 billones de pesetas.

A cntinuación figuró el sector farmacéutico, con unos beneficios globales de 1,2 billones de pesetas; el de alimentación, con 900.000 millones; el químico, con 600.000 millones; el de equipamiento eléctrico y electrónico, con 570.000 millones.

Los sectores con pérdidas fueron el de automoción y repuestos, que sumó casi 800.000 millones de pesetas en números rojos; el de computadoras y equipo de oficina, con cerca de 300.000 millones de pérdidas, y el metalúrgico, con 82.000 millones, entre otros.