Según la portavoz de Greenpeace Assumpta Gual, tras tres horas de negociaciones los activistas abandonaron el pesquero a cambio de documentación del propio buque y de la compañía libia "Lispa Fish", que alquiló los servicios del barco a la compañía coreana "Dong Won", una de las principales empresas mundiales en la pesca del atún.

Aunque el pesquero tiene bandera panameña, su puerto base es Las Palmas de Gran Canaria. Los tripulantes son, en su mayoría, coreanos y chinos.

Estos barcos pirtas suponen un gran peligro para las colonias de atunes rojos que acuden al Mediterráneo oriental a reproducirse en esta época. Los pesqueros piratas intentan pasar desapercibidos ante las autoridades y, según Greenpeace, llegan a aprovechar la noche para cambiar el nombre del barco con el fin de intentar volver otra vez a pescar.