Greenpeace advirtió al Gobierno noruego que esta decisión llevará al país nórdico a la pérdida de gran cantidad de ingresos y pidió a los consumidores y empresas del resto de países que integran la Comisión Ballenera Internacional que se unan al boicot a los productos pesqueros procedentes de Noruega.

En esta línea, empresas importadors de productos noruegos en Alemania y Reino Unido han cancelado sus contratos con diversas compañías del país nórdico, situación que tiende a repetirse también en Italia.

"Noruega ha perdido ya más de lo que nunca pueda llegar a ganar con la caza de las ballenas", declaró Gier Wang-Andersen, portavoz de Greenpeace.

El portavoz ecologista añadió que el Gobierno de la primera ministra noruega, Gro Hartlem Brundtland, "ha provocado la pérdida de grandes cantidades de dinero procedentes de la exportaión y ha dañado seriamente la reputación del país".