En un comunicado, la organización ecologista dice que estas redes son más conocidas como "cortinas de la muerte", porque tienen un "gran impacto" no sólo sobre las especies que se pretenden pescar, sino sobre otras sensibles, como delfines, ballenas, tortugas marinas, tiburones o peces luna.

"España debe bloquear la adopción del nuevo reglamento mediterráneo hasta que no quede clara la imposibilidad de continuar usando redes de deriva", subraya Greenpeace, que confía en que el actual Gobierno "no eche por tierra el fruto de tantos años de trabajo".

Según la organización, en su actual redacción, el futuro Reglamento de Pesca de la UE crea una nueva categoría de redes ancladas al fondo que funcionan como redes de deriva y que estarían autorizadas a capturar especies como el bonito o la melva.