Sin embargo, la matriz de todo este entramado de na decena de sociedades, Cristalería Española S.A., siguió aún en pérdidas, que espera enjugar en 1995.

El vicepresidente y consejero delegado del grupo Cristalería Española, Philippe Crouzet, afirmó hoy en Madrid que esperaba repartir dividendo con cargo al ejercicio de 1995. Sin embargo, recordó que la matriz de la empresa todavía continúa en pérdidas.

Los recursos generados por el conjunto del grupo consolidado se situaron en 17.412 millones de pesetas, mientras que en el ejercicio precedente abían alcanzado sólo 4.098 millones.

La parte más sustancial de los resultados del grupo en 1994 es el endeudamiento, que se ha reducido fuertemente a lo largo del ejercicio. Pasó de 46.126 millones de pesetas a 24.567 millones.

Durante el ejercicio vencido el grupo Cristalería Española se desprendió de su actividad papelera, centrada en Celulosas del Nervión e Ibersac S.A., que traspasó al grupo Jefferson Smurfit.

La sociedades que componen, tras esta venta, el grupo consolidado de Cristaleía Española son las siguientes: Cristalería Española S.A., Vicasa S.A., Crivisa S.A., Vidreira do Mondego y Funditubo, entre otras.

El consejero delegado de Cristalería Española recordó que se están recuperando en dos de los sectores claves para su negocio: el del automóvil y el de la construcción, aunque aclaró que en el primero a mucha mayor velocidad.

De hecho, dio una pista, la de que el sector de automoción, su principal cliente en la división de cristal de vidrio plano, ha tenido un buen me de enero "y aún mejor mes de febrero".

Por otra parte, dedicó un pequeño tirón de orejas a los españoles en materia de reciclaje de vidrio. Crouzet recordó que las empresas cristaleras no ganan nada con el reciclaje de vidrio, dado que su coste es "similar al de la materia prima básica".

Sin embargo, también recordó que España se encuentra poco avanzada en materia de reciclaje, "no en cuanto a la cadena de producción de reciclaje, sino precisamente en la aportación básica del ciudadano". En otra palabras, que los españoles todavía no acuden a los contenedores de cristal con la frecuencia que lo hace la media de los países europeos.

En ese sentido medioambiental, añadió que el futuro aún es más sofisticado, ya que habrá que pasar por una segunda fase en la que los ciudadanos tendrán que depositar en los contenedores el vidrio en función de sus colores, que posiblemente serán tres: blanco, verde y resto de colores.