Esta ley está estructurada en seis capítulos y define como especies de la fauna y flora autóctonas las que son originarias o tradicionalmente habitan o vegetan en estado silvestre de forma natural en la región madrileña.

Asimismo, la normativa establece que la Agencia de Medio Ambiente (AMA) velará por conservar y proteger superficies de suficiente amplitud y diversidad como hábitats para las especies autóctonasde fauna y flora.

Además, dependiente de la AMA, según el texto, se creará, con carácter administrativo, el catálogo regional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres, que incluirá las especies protegidas por el catálogo nacional.

El anteproyecto recoge también un apartado dedicado a las sanciones, que, sin perjuicio de la cuantía de las mismas, obligará al infractor a reparar el mal causado, incluyendo la indemnización por el valor de los ejemplares dañados.

Las infracciones tipifiadas serán multadas de la siguiente manera: sanción de 10.000 a 100.000 pesetas para casos leves, hasta 1.000.000 para los menos graves, hasta 10 millones para los graves y hasta 50 millones, si los daños son considerados como muy graves.

Con anterioridad, Nicolás Piñeiro, diputado del Partido Regionalista Independiente Madrileño (PRIM) había presentado, en enero de 1990, otro texto, que no fue aprobado.

Posteriormente, el mismo documento regionalista recibió 21 enmiendas del Partido Popular (PP) 46 del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y 6 de Izquierda Unida (IU).

Todas estas aportaciones, tras múltiples reuniones de los distintos grupos parlamentarios, han posibilitado el texto definitivo, que ayer fue aprobado.