El agente de la Benemérita, que figura como eventual en el cuerpo, se presentó sobre las diez y media de la noche en la gasolinera, donde retuvo a un empleado y a un camionero que había parado para repostar.

Utilizando su arma reglamentaria, que disparó en varias ocasiones para intimdar a sus víctimas y evitar que se acercaran a él, exigió la presencia de un periodista, puesto que tenía "un problema muy grave", según la nota oficial.

Poco después se personaron en el lugar el sargento primero jefe del destacamento de Tráfico de Arcos de Jalón, el cabo primero comandante accidental del puesto de esta localidad y fuerzas de los puestos limítrofes, que acordonaron la zona.

Los recién llegados convencieron al secuestrador para que tomara a uno de ellos a cambio de las dos persona que tenía retenidas, tras lo cual el comandante del puesto de Arcos de Jalón pasó a ser rehén del secuestrador.

Al poco tiempo llegó a la gosolinera el teniente jefe de la línea de Arcos de Jalón, que tras hablar con el raptor, consiguió que éste le intercambiase por el comandante del puesto. Después de una hora y media de diálogo, durante la que salieron y entraron varias veces de la gasolinera, el guardia civil fue reducido por los agentes que se encontraban en los alrededores.

El gobernador cvil de Soria, Pedro Luis Piñeiro, señaló que "a este guardia eventual se le había instruido el pasado 23 de abril un expediente para determinar su posible baja en el cuerpo". Según Piñeiro, el detenido había mostrado reiteradas veces un "incorrecto comportamiento, sobre todo después de la ingestión de bebidas alcohólicas y, al parecer, por problems familiares".

Tras estos sucesos, es probable que el expediente iniciado contra M.A.F.C. derive en su expulsión del cuerpo. Las diligencias fueron trasladads al Juzgado de Instrucción de Almazán.