En las labores de desescombro, iniciada esta mañana y que concluirán seguramente mañana, miércoles, participan once voluntarios de la Cruz Roja, llegados desde Jaén, además de los dueños de las seis casas.

Los gitanos se negaron ayer a permitir la rehabilitación de sus domicilios, mientras la jueza que encargada del caso no les entregue el peritaje de la ropa destruida o dañada durante los incidentes.

Según explicó hoy a Servimedia un portavoz de la Federación de Asociaciones Romaníes de Andalucía (FARA), las conclusiones de este infome ya están elaboradas.

Por su parte, la presidenta de la Asamblea Provincial de la Cruz Roja, Gloria Rodríguez, aseguró hoy que estudian la posibilidad de que más voluntarios de la institución benéfica participen en la rehabilitación de las viviendas.

Dijo que con la presencia de la Cruz Roja en la localidad se intenta crear un campo de trabajo, que aminore además el clima de tensión que se vive actualmente en Mancha Real entre payos y gitanos.

La anécdota de la primera jornada de desescombo la protagonizaron dos jovenes voluntarios de Cruz Roja, que tuvieron que volver a Jaén a por picos y palas, porque el ayuntamiento no disponía de esas herramientas.

Los responsables municipales les dijeron, sin más explicaciones, que estaban todas ocupadas.