HUELGA. FERNANDEZ (CSIF) PIDE POR CARTA A AZNAR SU INTERVENCION DIRECTA EN EL CONFLICTO CON LOS EMPLEADOS PUBLICOS
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El presidentede CSI-CSIF, Domingo Fernández, ha remitido hoy una carta al presidente del Gobierno, José María Aznar, en la que reclama su intervención directa en el conflicto actual que mantiene el Ejecutivo con los funcionarios, que ha llevado a los sindicatos a convocar una huelga general para el día 11 en la función pública.
En la misiva, a la que ha tenido acceso Servimedia, Fernández indica a Aznar que "está en sus manos intervenir a tiempo en el conflicto actual, intervención que consideramos imprescindiblenecesaria", al tiempo que le advierte que los costes del desacuerdo "son siempre mayores".
Fernández, que insiste en que las peticiones de su sindicato, que coinciden con las del resto de los convocantes de la huelga, son "moderadas y responsables", califica de "injusta" la decisión del Gobierno de congelar el sueldo a los empleados públicos y considera "demagógico" que desde el Gobierno se apele a la estabilidad en el empleo que tienen los funcionarios como ventaja de este colectivo.
Para Fernádez, que coincide con el Gobierno en la conveniencia de cumplir los requisitos de Maastricht, "hay soluciones al déficit sin tocar los salarios de los empleados públicos, que han sufrido ya dos congelaciones en los últimos cuatro años". Entre ellas, cita una mejora de la gestión y el funcionamiento de las Administraciones y de la lucha contra el fraude.
El presidente de CSIF pregunta a Aznar cuáles son los sacrificios que se piden a las rentas patrimoniales, empresariales y del capital para cumplir lo objetivos de Maastricht, y le recuerda "las esperanzas que muchos miles de empleados públicos tenían en que un nuevo Gobierno empezase a prestigiar ante la sociedad el valor de los servicios públicos y de sus empleados".
Fernández insiste en la necesidad de llegar "a un acuerdo razonable que permita una salida digna al conflicto actual", y destaca lo negativo que puede ser para el Gobierno lesionar la confianza y la colaboración de los empleados públicos. A este respecto, concluye su carta con una adertencia clara a Aznar: "Las movilizaciones pasan. La frustración y el descrédito perduran. Está en sus manos".
(SERVIMEDIA)
05 Dic 1996
NLV