Hill, abogado de profesión y soltero, decidió adoptar a dos hermanos huérfanos después de ver en un informativo la situación de penuria en que viven estos niños.

A partir de esta iniciativa, creó este año la Asociación Padres para Siempre, que se convirtió en la primera entidad reconocida por el Gobierno ruso para gestionar la adopción de niños de Moscú. Actualmente están en trámite unas 800 peticiones de dopción por parte de familias catalanas, incluidas personas solteras.

Cada una de las adopciones cuesta alrededor de 1.200.000 pesetas, que sirven para pagar las traducciones de los documentos, las gestiones del consulado español, de los gestores y de las empresas aéreas encargadas de trasladar a los niños. El Gobierno ruso no cobra nada.

Los orfelinatos donde se encuentran los niños perciben unas 300.000 pesetas en material -nunca en efectivo-, como electrodomésticos y alimentos.

Los 125 orelinatos de Moscú albergan a 9.000 niños que sólo pueden vivir en esos centros hasta los 18 años. Para solucionar la situación de los adolescentes que no pudieron ser adoptados, la Asociación Padres para Siempre está costruyendo un hotel-escuela de hostelería en Moscú, que permitirá que 50 adolescentes puedan aprender un oficio cuando abandonen el orfelinato.