Ibarretxe, vencedor de las elecciones, se siente legitimado para iniciar las consultas con el resto de los partidos y tratar de formar gobierno, aunque sus 30 escaños no le garantizan la lendakaritza, puesto que el PSE roza la mayoría absoluta con el apoyo que el PP le ha ofrecido.

Ante la militancia del PNV, Ibarretxe se retrató como el vencedor de las elecciones y advirtió que sólo quien "tiene paz interior puede transmitir paz".

El candidato del PNV reconoció que los minutos de felicidad en política "son de 10 segundos" y más en unos momentos "complicados" que se presentan como "una gran oportunidad de sacar este país adelante, y lo vamos a hacer con las manos de todos, con los demás, pero lo vamos a liderar nosotros".