“Si hago una inversión y la voy a cobrar en 30 años tengo que convencer a un inversor”, apuntó Ruiz-Table en una mesa redonda sobre energía en el IV Foro Internacional de Expansión en la que participaron también el consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, y la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor.

Ruiz-Tagle destacó que actualmente el sector vive “cierta tranquilidad relativa en comparación con el año 2022 cuando el futuro se veía de forma bastante más caótica por lo que puede estar centrado en la transición energética”.

En esta línea, señaló la importancia de este proceso para la competitividad europea ya que “pasa por la estabilidad del precio de la energía eléctrica” por lo que pidió “instrumentos de largo plazo que estabilicen el precio y lo dejen ajeno” a fenómenos coyunturales.

Por su parte, Wetselaar destacó que España y Europa se deben centrar en el desarrollo de las renovables porque en las energías limpias no tienen las limitaciones que sufren con los combustibles fósiles.

Además, señaló que España tiene los precios para la energía solar y eólica más competitivos del mundo y que podría lograr un hito similar con el hidrógeno verde o el biocombustible.

Por ello, se mostró convencido de que el sistema energético del futuro “será mejor para España y para Europa comparado con el sistema antiguo sin muchas fuentes de suministro aquí”.

“Es una gran oportunidad por lo que hay que acelerar el desarrollo de todas estas tecnologías para que España pueda tomar una cuota del mercado mundial importante”, prosiguió Wetselaar, quien añadió que este proceso “puede ayudar a la competitividad de la economía española que se puede convertir en un exportador de energía para el resto del continente donde las condiciones para producir energía limpia no son tan favorables”.

Por último, Corredor defendió que “la autonomía energética es fundamental” y reivindicó su papel para la resolución de los problemas estructurales de la Unión Europea por la ausencia de combustibles fósiles.

Asimismo, destacó que España tiene “una posición privilegiada” con las energías renovables que puede cambiar los ejes tradicionales de poder en la Unión europea porque las puede introducir de forma más eficiente que cualquier otro país en el continente.