La obra civil, que "se encuentra prácticamente terminada", prevé entrar en funcionamiento a finales de 2023 después de concluir los montajes electromecánicos. La instalación, situada en el norte de Portugal y cerca de la frontera con Galicia, cuenta con 160 megavatios (MW) y es el último de los tres aprovechamientos que conforman el complejo del Támega. Los otros dos, Gouváes, central de bombeo de 880 MW, y Daivões, de 118 MW, están en operación comercial desde 2022.

La presa ya está "totalmente terminada" y cuenta con una forma de bóveda de doble curvatura de 104,5 metros de altura, 220.000 metros cúbicos de hormigón y 335 metros de longitud de coronación. "Por motivos constructivos y térmicos", el hormigonado de la presa se ha realizado en 21 bloques que, a su vez, se dividen en tongadas de dos metros de altura. Se ejecutó en menos dos de años y se terminó al final del año pasado.

Durante este mes, Iberdrola cerró el túnel de desvío de río y "en los próximos tres meses aproximadamente" construirá en el interior del túnel un tapón de hormigón de 28 metros de longitud que asegurará el cierre del túnel de desvío durante toda la vida útil de la instalación. Durante este trimestre, el caudal del río seguirá circulando a través de los desagües de fondo de la presa, y, a partir de ese momento, iniciará el llenado del embalse de Alto Támega, que tendrá una superficie de 468 hectáreas y un volumen de 132 hectómetros cúbicos.

Esta instalación proporcionará el agua necesaria para la producción de electricidad renovable en la central a pie de presa de Alto Támega, dotada de dos grupos con una potencia total de 160 MW. Durante la construcción del Aprovechamiento Hidroeléctrico de Alto Támega se ha alcanzado una punta de casi 1.000 trabajadores en la obra. El conjunto del complejo hidroeléctrico ha supuesto una inversión que supera los 1.500 millones de euros y una potencia instalada de 1.158 MW, de los cuales 880 son reversibles.