En una nota de prensa, Guillot reprochó al PP el "uso partidista y electoral" que está haciendo de los servicios de inteligencia y apuntó a Azar como "responsable último de este escándalo", por lo que le pidió responsabilidades políticas.

Los servicios jurídicos de IC estudian la posibilidad de que la actuación del CNI pueda tener repercusiones penales, algo que en los países de "arraigada tradición democrática" suele desembocar en dimisiones, "al contrario" de lo que sucede en España, según IC.

A juicio de Guillot, la situación "es muy grave" porque supone la utilización "de forma antidemocrática de la lucha antiterrorista" por parte el Gobierno, lo que demuestra que el PP es "capaz de cualquier cosa con tal de ganar las elecciones sin competir electoralmente con sus rivales y recurriendo pra ello a la destrucción de sus oponentes".

IC dice haber perdido la confianza en el director del CNI, Jorge Dezcallar, y se pregunta como es posible que los agentes no distinguieran a los dos dirigentes etarras con los que se entrevistó Carod, si realmente tenía conocimiento de la reunión.