Memoria Democrática

La Iglesia aglutina el “refrendo total” de obispos, monjes y Santa Sede en la defensa de la sacralidad de Cuelgamuros

- La Conferencia Episcopal remarca que no ha filtrado el acuerdo con el Gobierno que apunta a la continuidad del culto, la cruz y los benedictinos

MADRID
SERVIMEDIA

La Conferencia Episcopal Española (CEE) informó este viernes de que los obispos que la integran han mostrado su “refrendo total” al procedimiento de la resignificación del Valle de Cuelgamuros, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. Hace unos días el Gobierno avanzó de que esa resignificación suponía la creación de un centro de interpretación en el lugar pero que se había pactado con la Iglesia la continuidad de culto en la basílica, la cruz de 150 metros y la comunidad benedictina.

El secretario general y portavoz de la CEE, César García Magán, en la rueda de prensa final de la Asamblea Plenaria que ha congregado esta semana a los obispos españoles en Madrid, explicó que durante la reunión del Episcopado “se ha informado” sobre esa negociación y que hay un “refrendo total, sin una voz discrepante al camino que se ha hecho hasta ahora”.

El portavoz concretó que en ese proceso han participado activamente los propios benedictinos; el arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo (como responsable de la diócesis donde se ubica el Valle); el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello; y el nuncio de la Santa Sede en España, Bernardito Auza (que dejará ese cargo el próximo 21 de mayo).

García Magán subrayó también que en la negociación con el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez desde la Iglesia no se han producido filtraciones y repasó la posición cambiante del Gobierno en todo el proceso.

Así, por ejemplo, hizo referencia a la última visita de Sánchez al Papa y otros altos cargos vaticanos donde informó sobre la resignificación del Valle, mientras el grupo de trabajo eclesial (con las citadas cuatro partes) defendían que “la Basílica tenía que mantenerse para orar” por “todos” los caídos en la guerra civil y la presencia de los monjes en el lugar.

“Ulteriormente”, añadió García Magán, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Corte, Félix Bolaños, “tuvo una visita a Roma” y planteó “la salida de los benedictinos y la desacralización del templo”. Por entonces, indicó, se hablaba de la “destrucción” de la cruz, aunque no era una propuesta del Gobierno.

CULTO, MONJES Y CRUZ

El secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolín propuso a Cobo como interlocutor, a la par que defendió el culto, la comunidad monástica y que la cruz no se puede destruir.

“Una vez más ha sido el Gobierno que ha filtrado”, confesó el obispo portavoz. A partir de los puntos consensuado en “cartas intercambiadas” entre la Iglesia y el Gobierno, García Magán remarcó que “la comunidad benedictina sigue”, se apunta “el mantenimiento de la basílica como espacio destinado al culto” y “el respeto de elementos religiosos de fuera de la basílica”.

“Todavía no se conocen los extremos de esa resignificación, ni los plazos de tiempo, ni de lugar”, continuaron desde el Episcopado.

El Gobierno informó recientemente a la prensa sobre la convocatoria de un concurso internacional para resignificar Cuelgamuros, con un planteamiento con varias actuaciones en las que destaca la creación de un centro de interpretación-museo en la explanada previa a la entrada a la Basílica de la Santa Cruz; y elementos explicativos del contexto de lugar. En el interior del templo, que mantendrá el culto según el Gobierno, también se informará sobre los restos de las víctimas de los dos bandos de la guerra, así como de elementos ornamentales en la cúpula del templo. La licitación de todo este concurso, para el que hay un presupuesto de unos 30 millones de euros, está prevista que culmine a finales de 2026, según indicaron fuentes gubernamentales.

García Magán también fue preguntado por los “escraches” que obispos y periodistas han sufrido esta semana en el acceso a la sede de la CEE en Madrid por parte de una “realidad heterogénea” que decía “defender” el Valle de los Caídos y tacho a los prelados de “tradidores”.

Entre ellos, indicó, había personas que querían “hablar” con los obispos, otras “escuchar”, algunas a “gritar” y también individuos “en actitud un poco violenta, con calumnias e injurias”. “Se escuchaba a gente que rezaba el rosario, gente que gritaban a los obispos, gente que leía un manifiesto”, detalló, procedentes de “realidades eclesiales o extraeclesiales”.

(SERVIMEDIA)
04 Abr 2025
AHP/gja