Según informaron hoy fuentes del Servicio de Información de la Iglesia Católica en España, la situación en Sarajevo es pésima. Cáritas Sarajevo calcula que, de 528.000 católios, 482.000 han sido expulsados por las fuerzas serbias o musulmanas.

De ellos, según las mismas fuentes, 100.000 ya no viven en sus casas, pero sí dentro de la zona que pertenece a la archidiócesis. Otros se han refugiado en Croacia o en diversos países extranjeros.

Actualmente, en la archidiócesis de Sarajevo sólo queda el arzobispo monseñor Vinko Puljic, recientemente promovido al cardenalato, además de un obispo auxiliar, veinte sacerdotes seculares, un jesuita, cuantro franciscanos y 25 reliiosas.

Según el padre Ante Jelic, la Iglesia Católica representa la única esperanza para estas gentes. Las donaciones de Cáritas permiten subsistir a 52.000 personas, tanto católicos como ortodoxos y mahometanos.

"Los serbios", señala el padre Jelic, "ocupan los principales puestos de trabajo. Por ello, se ha habilitado en la casa episcopal un pequeño ambulatorio. También se ha abierto una farmacia. El obispo no hubiera podido realizar todo ello sin ayuda extranjera".

"Ayuda a la Iglesia Necsitada" ha podido ayudar a la diócesis de Baja Luka con 50.000 marcos alemanes, destinados a la labor pastoral y al apoyo humanitario de los refugiados.

El padre Jelic ha solicitado con urgencia alimentos, medicamentos, ropa, material escolar, productos de limpieza, y diez vehículos todoterreno de segunda mano para los sacerdotes de parroquías circundantes.