Elecciones 28-M

Iglesias reniega de parecerse al PSOE y de repartir sonrisas en un Gobierno que es “terreno de combate”

- En su mitin en Madrid, finge que va a escribir una serie de mafiosos sobre la historia reciente de la región

MADRID
SERVIMEDIA

El ex secretario general de Podemos y exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, advirtió este jueves de que “el Gobierno no es un lugar para repartir sonrisas sino un terreno de combate” cuando se comparte con un partido como el PSOE y en el que “se está para defender intereses, no para repartir abrazos”, y proclamó: “No somos el PSOE, no queremos parecernos al PSOE y tenemos un proyecto de país distinto”.

En su tercer y penúltimo mitin de la campaña electoral, pues irá mañana al cierre de la candidatura valenciana de Unidas Podemos, y el único que va a realizar en Madrid, Iglesias reiteró las supuestas señas de identidad que el partido ha convertido en reclamos electorales, pero lo hizo con un recurso original: fingir que iba a proponer al productor de televisión David Simon, expulsado de HBO, escribir una serie sobre Madrid, y de esa forma convirtió los últimos años de la historia de la región en una ficción con mafiosos.

Para arrancar la serie, sugirió dos momentos de esta campaña: cuando la candidata de Unidas Podemos a la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto, fue al debate televisado con una camiseta con la cara de Tomás Díaz Ayuso, hermano de la presidenta regional, o cuando el empresario Florentino Pérez dio una amistosa colleja al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida. También se remontó al 'tamayazo' de 2003 para denunciar que el poder “mafioso” también tiene tentáculos en los partidos de izquierda.

Siguiendo en clave narrativa, denunció el silencio de los medios sobre el caso del hermano de Ayuso y el supuesto miedo de otros partidos de izquierda a usarlo como eje central de su campaña y aseguró, sin dejar claro si era ficción o realidad, que el PP ofreció a Podemos no hablar del mismo y a cambio dar cancha a los candidatos de UP en los medios, a lo que su partido habría respondido con la lona de la calle Génova.

Para explicar la “colleja” de Florentino Pérez a Almeida, narró como antecedente la Operación Chamartín y las presiones a la concejala socialista Matilde Fernández, que se opuso a ella, ejecutadas supuestamente por el periodista Antonio García Ferreras cuando estaba en la Cadena Ser. “¿Comprendéis ahora lo que significó la Operación Chamartín que aceptó Carmena con la oposición de Podemos e Izquierda Unida?”, preguntó.

"VALENTÍA" EN LA "ESQUINITA DEL TABLERO"

Iglesias fingió entender a los que reprochan a Podemos tanta “valentía” cuando eso le recluye en “una esquinita del tablero”, a la que la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, a la que no nombró, ha querido públicamente resistirse. Pero preguntó: “¿Y ser cobarde para qué ha servido en Madrid?”.

Aseguró que Podemos fue el “motor” de los ayuntamientos del cambio y lamentó que la lista unitaria no pudiera llevarse a las elecciones generales, perdiéndose “una oportunidad histórica”, y llamó a recordar quién se opuso entonces a la coalición con IU, que finalmente no se produjo, en alusión al hoy firme partidario de Sumar Íñigo Errejón.

Siguiendo con la autorreivindicación en que Podemos ha convertido la campaña, señaló que su partido es “una pieza, no autosuficiente, pero sí imprescindible, para que ciertos cambios se produzcan”, y en ese sentido volvió a recordar que fue Podemos quien se empeñó en solitario y resistiendo muchas presiones en firmar un Gobierno de coalición, sin el que habría sido imposible tener a la primera ministra de Trabajo afín a los sindicatos.

Por último, preguntó “quién ha logrado que la derecha se ponga nerviosa en esta campaña enseñando la verdad de la corrupción”, y terminó con su rechazo de las sonrisas y los abrazos, que podría interpretarse también como una diferenciación respecto a Yolanda Díaz y otros partidos de izquierda, menos dados a confrontar con el PSOE.

Podemos, insistió, “no es una izquierda cómoda” para el poder, porque no se le puede comprar, y eso “lo saben también los votantes de las otras fuerzas políticas progresistas”. “Alguien tiene que decirle al alcalde que es un pelele, a Ayuso que es una corrupta”, sostuvo, para concluir que “la cobardía es la derrota asegurada”.

(SERVIMEDIA)
25 Mayo 2023
KRT/clc