Tecnológicas

Indra reduce más de un 13% el impacto medioambiental de su tecnología radar

MADRID
SERVIMEDIA

Indra ha reducido el impacto medioambiental de su tecnología radar más de un 13%, minimizando la huella de carbono de su radar primario de vigilancia para la gestión del tráfico aéreo en 15 toneladas de CO2 anuales.

Según datos de la Unión Europea, el 80% del impacto ambiental que tendrá un producto se determina en la fase de diseño.

Por ello, Indra puso en marcha una iniciativa de ecodiseño con el objetivo de reducir el impacto medioambiental de sus productos y hacerlos más sostenibles, como parte de su Plan Director de Sostenibilidad 20-23.

Para abordar este reto, empezó a trabajar en el negocio de Gestión de Tráfico Aéreo (ATM), área en el que Indra es compañía tecnológica líder mundial.

Gracias al trabajo de un equipo multidisciplinar de profesionales de Indra expertos en diseño, desarrollo, producción y calidad, ha logrado evolucionar su radar primario de vigilancia en ruta y aeropuertos, dando lugar al radar más sostenible PSR2D Neo, que mejora las características de su predecesor y reduce el impacto medioambiental entre un 13 y un 23%. Esto supone reducir la huella de carbono en 15 toneladas de CO2 anualmente y en más de 260 toneladas a lo largo de su vida útil, que equivaldría a las emisiones que emitirían 60 vehículos de gasolina durante un año.

“Consideramos que el ecodiseño es una oportunidad para poner en valor iniciativas de innovación en nuestros productos que, manteniendo su funcionalidad y calidad, disminuyan su impacto medioambiental y redunden en un beneficio para los clientes”, explica la responsable de Sostenibilidad de Indra, Alicia Fernández del Viso.

Tras realizar un Análisis de Ciclo de Vida (ACV) para medir el impacto ambiental del radar desde el momento en que se obtienen las materias primas hasta el fin de su ciclo de vida, teniendo en cuenta todos los posibles ángulos, los expertos de Indra concluyeron que el consumo energético del radar durante su fase de uso era el principal responsable del impacto ambiental. Así, plantearon diferentes estrategias de ecodiseño que han logrado aumentar notablemente su eficiencia, reduciendo un 12% su consumo energético anual, un 30% en el caso del consumo del grupo transmisor, manteniendo las mismas prestaciones.

Además, se ha conseguido que la fabricación del nuevo 'ecoradar' sea menos contaminante, que pueda coexistir con la generación de energía solar y eólica y que tenga mayor alcance. También se ha reducido el peso del radar, lo que facilita un transporte menos contaminante.

“El desarrollo de nuevos amplificadores de potencia con una mayor eficiencia energética nos ha permitido alcanzar unas mayores prestaciones para cumplir con las exigencias de los organismos reguladores de la gestión del tráfico aéreo. Al mismo tiempo, el uso de nuevos materiales nos ha permitido minimizar la huella de carbono y la toxicidad terrestre y humana”, destaca el director del Centro de Competencia de Radares de Indra, Juan Antonio Camacho.

ADIÓS AL SILICIO

Gracias al ecodiseño, se ha pasado de transistores basados en silicio a módulos de nitruro de galio, un material mucho menos contaminante y más eficiente energéticamente. También se han sustituido cableados con alternativas más limpias y se han eliminado tóxicos como el berilio o el plomo.

El prototipo del nuevo radar, con las adaptaciones de ecodiseño, ya está en proceso de fabricación y está previsto que se empiece a probar con clientes en 2024.

El radar primario PSR2D banda S de Indra es un sistema radar de estado completamente sólido, que ofrece altas prestaciones en la detección de aeronaves, incluso con trayectorias tangenciales; aporta información meteorológica de enorme utilidad para pilotos y controladores e incorpora técnicas de mitigación de interferencias con parques eólicos. Se distingue por su capacidad para operar con la máxima precisión en situaciones de alto ruido, interferencias o anomalías causadas por el mal tiempo o la orografía escarpada.

Es solo uno de los sistemas radar de ATM con los que cuenta Indra, que ya ha implementado su tecnología de vigilancia del espacio aéreo en más de 180 países y que está desarrollando actualmente el que es probablemente el proyecto de radares más ambicioso del mundo para renovar toda la red de vigilancia aérea de Alemania.

Los nuevos radares con los que va a dotar este país incorporan avanzadas técnicas y algoritmos, desarrollo propio de Indra, que consiguen mitigar los reflejos y el ruido que habitualmente causan los aerogeneradores y las placas solares sobre la señal, permitiendo que este tipo de instalaciones puedan situarse en las proximidades de los radares y eliminando también cualquier freno a la producción de energías renovables.

(SERVIMEDIA)
20 Nov 2023
JRN/clc