Según reflejan los datos provisionales de la oficina de estadística europea Eurostat publicados este martes, la inflación española se situó en el 2,7% en agosto, misma tasa que en julio, mientras que la de la zona euro fue del 2,1%, una décima más que en julio. Eso hizo que el diferencial se redujera hasta las seis décimas.

La tasa española no es la más elevada de la zona euro, pero sí entre las potencias europeas. La inflación en Alemania se situó en el 2,1%, la de Francia fue del 0,8% y la de Italia marcó un 1,7%. Estonia, con un 6,2%, y Croacia, con un 4,6%, anotaron las tasas más elevadas. En cambio, Chipre registró deflación o caída de los precios, del 0,1%, y tras este país, la inflación de Francia fue la más baja.

En cuanto a la zona euro, la inflación de agosto estuvo marcada por los incrementos en los componentes de comida, alcohol y tabaco, que contribuyeron con un 3,2%, y los servicios, con un 3,1%, mientras que la energía tuvo una contribución negativa.