Así se desprende de los datos publicados este martes por la OCDE que revelan que la tasa española es la décimo quinta más baja de los 38 países analizados. No obstante, ya no es inferior a la media del G7 –las siete mayores economías del mundo–, que registró en octubre una inflación del 3,5%, seis décimas menos que en el mes precedente.

En comparación con el mes anterior de septiembre, la tasa española se mantuvo invariable, mientras la media de la OCDE se redujo en seis décimas. Así, España es de los 10 países en los que la subida de precios no moderó entre septiembre y octubre.

Si se desagrega por productos, la inflación de los alimentos del entorno mundial fue del 7,4% en octubre, mientras que en España fue superior, del 9,5%. Los precios de la energía cayeron hasta una tasa negativa del 4,8% en la OCDE, mientras que en España se abarataron un 10,4% por la caída tan sustancial de estos bienes respecto a hace un año.

Si se excluye la comida y la energía de la inflación, la tasa en la OCDE se situó en el 6,5% en agosto y en el 3,8% en España.