Según el documento, la media nacional de nacimientos de niños con discapacidad grave se sitúa en un 1%, por lo que en la región parisina podrían nacer cada año unos 1.700 bebés con este problema, dado su elevado índice de natalidad: cada año nacen en ella unos 174.000 bebés. Esta cifra podría aumentar si el porcentaje actual de discapacidades severas se mantiene, y los nacimientos continúan creciendo.

El incremento de niños nacidos antes de la semana 37 de gestación, y en muchos casos de peso inferior a 2.500 gramos también podría aumentar la prevalencia de la discapacidad perinatal.

Actualmente nacen 11.500 grandes prematuros en la región parisina (un 7% del total) y este dato podría aumentar debido al uso cada vez más generalizado de técnicas de reproducción asistida, que con frecuencia dan como resultado embarazos múltiples.

Otros factores que previsiblemente provocarán una mayor prevalencia de las discapacidades entre los recién nacidos son el aumento de la edad de la madre, que incrementa el riesgo de anomalías cromosómicas, así como la acentuación de las desigualdades sociales en el ámbito de la región, que tiene una gran repercusión en la atención médica durante el embarazo.

Sin embargo, algunos factores están contribuyendo a su reducción, como la mejora de las técnicas para la detección de malformaciones congénitas graves, y los avances en materia de neurología, que han mejorado el pronóstico de los niños muy prematuros.

Los expertos del ORSrecomiendan una serie de medidas para predecir mejor la evolución de la incidencia de la discapacidad entre los recién nacidos, como la creación de un sistema de supervisión, como los que ya existen en otros departamentos franceses, o la realización de seguimientos de los casos de malformaciones congénitas a través de los datos recogidos por instituciones como el Registro de Malformaciones de París.

Por último, proponen adoptar medidas que permitan mejorar la información sobre la salud perinatal, especialmente en los casos de riesgo. En Francia, esta información se elabora a partir de los certificados de salud del octavo día de vida, pero este método se está revisando, siguiendo las propuestas del Proyecto Europeo para la Supervisión de la Salud Perinatal (Peristat) con el fin de hacerlo más exhaustivo.