Según la versión de las organizaciones de apoyo a inmigrantes, los 12 senegaleses se encontraban en Ceuta cuando fueron llevados a una comisaría "engañados por la promesa de que iban a tramitarles una petición de asilo".

Los inmigrantes fueron esposados y trasladados al centro de internamiento de Capuchios, en Málaga. Clara Redal, portavoz de la APDH, explicó que en las catorce horas de traslado ninguno de los detenidos fue autorizado a realizar sus necesidades ni recibió comida.

Tres de ellos fueron conducidos entre el 20 de marzo y el 8 de abril al aeropuerto de Málaga, desde donde un avión les llevó a Barajas, en Madrid, y de allí fueron expulsados a Dakar, capital de Senegal. Los responsables de la APDH afirman tener pruebas de que uno de ellos murió días después en una prisión de Dakar.

Otrs dos senegaleses fueron conducidos al aeropuerto malagueño el 10 de abril para realizar la misma operación, pero la situación se complicó: uno de ellos se autolesionó para evitar la expulsión y sus cuidadores les golpearon. "La policía nos masacró", explicó uno de los inmigrantes a los representantes de las ONGs que pudieron entrevistarse con él.

Testimonios recogidos por estas ONGs señalan que al menos uno de los inmigrantes, que fue expulsado el 22 de abril pasado, fue sedado y narcotizado por dos eces antes de ser introducido en el avión que debía llevarle de regreso a su país de origen.

"La policía ha recurrido una vez más a la ilegalidad. Los policías de Ceuta y Melilla cometen torpezas con los inmigrantes y no porque sean torpes sino porque las dos ciudades están fuera del Tratado de Schengen. Tememos que haya con el tiempo una expulsión masiva", señaló la portavoz de la APDH.

Actualmente hay en Ceuta y Melilla unos 800 inmigrantes ilegales, de los que la mayoría son argelinos y subsahrianos. Va a cumplirse un año de la expulsión de los 103 inmigrantes subsaharianos de Melilla que fueron sedados anteriormente por funcionarios del Ministerio de Interior.