Una investigación de esta fundación ha determinado “una falta absoluta de sistemas de control reales” y “una auténtica vía libre al sadismo y la violencia contra los animales que obtiene cientos de ‘likes’ en cada publicación”.

La ONG analizó decenas de perfiles abiertos y se infiltró en otros de carácter privado captando fotografías y vídeos de actos de maltrato explícito producidos en España. Ninguno de los contenidos fue retirado durante la investigación porque “no incumplía las normas comunitarias” de la plataforma.

Una de estas normas indica que “la violencia gráfica no está permitida” y que “es posible que eliminemos videos o imágenes de violencia gráfica intensa”. En este sentido, la FFW ha comprobado que los videos y fotografías subidos a la plataforma no han sido eliminados a pesar de mostrar heridas abiertas, desgarros y un claro sufrimiento de los animales.

Así, vídeos de perros provocando severos daños a jabalíes, terneros y vacas continúan en Instagram cosechando, en algunos casos, cientos de ‘likes’ y miles de reproducciones. Ninguno de los contenidos ‘capturados’ por los naturalistas ha sido suprimido o dispone de advertencia de contenido explícito.

En contraposición a esta falta de control de Instagram con contenidos violentos, las entidades protectoras vienen denunciando la censura e incluso la retirada de las publicaciones que denuncian casos de abandono de perros en circunstancias lamentables, según la FFW.

La Fundación Franz Weber indicó que apuesta por un avanzar hacia “un compendio normativo que combine leyes de protección animal, sanciones contra quienes los torturan y contenidos educativos en todos los rangos de edad que ayuden a crear una verdadera sociedad sensible y respetuosa con los animales”.