De confirmarse este dato cuando se publique el IPC definitivo a mediados de junio, la inflación habrá encadenado tres meses seguidos de crecimiento en tasas anuales, desde el 2,8% de febrero, al que siguió un 3,2% en marzo y un 3,3% en abril.

EL INE explica en un comunicado que esta evolución es debida, principalmente, a la subida de los precios de electricidad, frente a la bajada de mayo de 2023. También han influido los costes de los carburantes, que se moderan menos que en el mismo mes del año anterior.

Por lo que se refiere a la inflación subyacente (que no incluye alimentos frescos ni energía) también empeora en mayo, y sube una décima en comparación con abril que la aúpa al 3,0%. Con este rebote, se interrumpe una senda de descenso del IPC subyacente que venía manteniéndose desde julio de 2023, cuando empezó a caer desde el 6,2% interanual. En cuanto a la evolución mensual, los precios de consumo registran en mayo una tasa del 0,3% respecto al mes de abril.

El Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) se sitúa en el 3,8%, cuatro décimas por encima de la registrada el mes anterior, con una variación mensual del 0,2%.