Cultura

José María Pou: “He construido el personaje desde mis propios miedos al alzhéimer”

- El actor protagoniza desde mañana ‘El padre’ en el Teatro Bellas Artes

Madrid
SERVIMEDIA

El actor José María Pou puso de manifiesto este martes que la posibilidad de interpretar a un personaje con alzhéimer le ha permitido construir su interpretación desde sus propios medios a tener esa enfermedad. “Eso es lo que me lleva a la hipersensibilidad que aprecia el público”, confesó.

Lo dijo en la rueda de prensa de presentación de ‘El padre’, una obra del dramaturgo francés Florian Zeller con dirección de Josep María Mestres, que acogerá el Teatro Bellas Artes de Madrid entre mañana y el 28 de abril, en la que estuvieron presentes los propios José María Pou y Josep María Mestres y el resto de los actores que componen el elenco: Cecilia Solaguren, Alberto Iglesias, Elvira Cuadrupani, Jorge Kent y Lara Grube.

‘El padre’ cuenta la historia de Andrés, un hombre de 76 años, que está perdiendo la memoria y que se resiste a aceptar cualquier tipo de ayuda, lo que le lleva a aceptar cualquier tipo de ayuda y a rechazar a todos los cuidadores que su hija intenta contratar.

José María Pou recordó que ‘El padre’ es una historia que desde su estreno en París en 2012 se ha representado en 50 países, entre ellos España, donde hace una década se desarrolló un montaje dirigido por José Carlos Plaza con Héctor Alterio en el papel protagonista. También rememoró la película homónima, que le valió a Anthony Hopkins un Oscar.

Luego de alabar a Florian Zeller, “un chaval” de 44 años que escribió esta historia con unos 30 años, como “un gran autor de teatro contemporáneo”, dejó claro que la coincidencia en los teatros madrileños de ‘El padre’ y ‘La madre’, del mismo dramaturgo, es una coincidencia. “No ha habido acuerdo entre compañías, son dos producciones independientes del mismo autor”, aclaró.

El actor explicó que este montaje se estrenó hace dos años en el Teatro Romea de Barcelona, institución bajo su dirección, en catalán, que posteriormente fue llevada a teatros de las zonas catalanoparlantes de la Comunidad Valenciana y de Baleares. Tras el éxito cosechado, continuó, se decidió llevarla al resto de España en español, colgando el cartel de ‘no hay billetes’ allá por donde ha pasado desde enero.

José María Pou precisó que en este montaje, a diferencia de otros en los que la escenografía ha sido naturalista y realista, “se ha compuesto un artefacto que lleva al espectador a seguir la obra desde el cerebro del protagonista, que padece alzhéimer”, y que en un determinado momento de la representación se lamenta de que “alguien me borra parte de mi cerebro, alguien me borra parte de mi biografía”. “Este proceso de degradación lo cuenta la obra”, comentó.

CUIDADORES

El actor dejó claro que “en ese hombre enfermo no se quiere reconocer nadie”, si bien señaló que el público empatiza con Ana, la hija del protagonista, que “lleva la antorcha de los cuidadores, que sufren tanto o más que el enfermo la enfermedad”.

En ese sentido, subrayó que la primera mitad de la obra está concebida de tal modo que el público “está tan confuso y no entiende nada, como el protagonista”, ya que “ese estado de confusión es el que se vive en los primeros estadios de la enfermedad”.

José María Pou reseñó que no se ha inspirado en nadie para construir el personaje, lo que le sirvió para manifestar que es la primera vez en su carrera que no ha elegido una obra, ya que ésta es fruto de un compromiso contractual con el Teatro Romea.

Abundó en que cuando le presentaron el libreto de la obra lo rechazó, porque ésta ya se había representado en España y estaba muy cerca el recuerdo de la película; sin embargo, se comprometió a leer el texto, lo que hizo en una noche, lo que le provocó un “escalofrío”.

PANDEMIA

El actor atribuyó esta sensación al hecho de haber vivido una pandemia, cuya “herida está todavía en carne viva”, y que ha convertido a la sociedad en “hipersensible” a todo lo relacionado con las personas mayores y con las enfermedades mentales.

José María Pou observó que en ningún momento de la obra se menciona directamente al alzhéimer o cualquier otra referencia médica; de hecho, puso de manifiesto que es su personaje el que aconseja a las personas de su entorno que vayan al médico.

Esto le sirvió para presentar a su personaje como “un hombre autoritario, que ha ejercido el poder, y que nota que se va borrando poco a poco de este mundo”, hasta el punto de llegar a confesar en un momento dado que “siento que estoy perdiendo todas las hojas, una tras otra”.

El actor expuso que “he construido el personaje desde mis propios miedos a que pueda ocurrirme lo mismo que a él”, lo que “me lleva a esa hipersensibilidad que aprecia el público”.

A su vez, apreció que no recomendaría a nadie con alzhéimer que viera ‘El padre’, pero sí se lo aconsejó a los cuidadores de las personas con esta enfermedad. En este punto, rememoró una anécdota vivida con una mujer que le esperó a la salida del Teatro Romea para trasladarle que hacía seis meses que se había visto obligada a llevar a su madre a una residencia, lo que le había hecho sentirse “la peor persona, la peor hija del mundo”. Sin embargo, tras ver la obra se sintió liberada y le hizo saber que “en la fila siete, número cuatro, he dejado mi mochila de culpabilidad; me he quedado libre de cargas”. “Esto es el teatro”, concluyó el actor.

Por último, Josep María Mestres apuntó que esta obra “interpela al público” porque obliga al público a “ver la acción desde la óptica del personaje y a acompañarle en su camino al olvido”, lo que provoca “desazón, empatía y solidaridad” con él, y deslizó que el texto aborda “temas candentes de la vida”, como “la despedida de lo que se ha sido y, con mala suerte, desde el olvido”.

(SERVIMEDIA)
05 Mar 2024
MST/gja