Los hechos se produjeron como consecuencia de un reventón térmico que provocó fuertes rachas de viento como consecuencias de las cuales se derrumbaron parte de las instalaciones provocando el fallecimiento de un joven y varios heridos.

En concreto, el juez llama al representante legal de la empresa organizadora del evento, a los responsables de las dos empresas implicadas en la dotación y montaje de las estructuras del festival, al arquitecto responsable del proyecto técnico y a un responsable de la empresa externa contratada por el Ayuntamiento para la supervisión de esa infraestructura.

Les imputa un posible delito de homicidio imprudente, una veintena de delitos de lesiones por imprudencia, uno por cada una de las personas que resultaron heridas y que están personadas en la causa.

El juez les cita tras recibir un informe técnico que concluye que hubo fallos de montaje en los anclajes de determinadas estructuras auxiliares. Así, el perito considera que el proyecto no contemplaba las especificaciones técnicas de todas las estructuras consideradas como auxiliares que, además, se montaron “sin supervisión de los técnicos responsables”. Los anclajes no tenían la resistencia suficiente para soportar las batidas del viento.