Los acusados se dedicaban a la instalación de sistemas de calefacción y reformaron el edificio en el que vivía una de las mujeres. La anciana vivía sola y se fueron ganando su confianza haciéndole la compra o realizando pequeños trabajos en varias viviendas de su propiedad.

La mujer acabó encargándoles en 2016 la reforma de un chalé situado en la localidad de La Zubia donde residía su hermana. Ella se puso enferma y se trasladó a otra vivienda en la que también acometió reformas. Los acusados se quedaron entonces con llaves de las dos viviendas.

La mujer tenía diagnosticado un principio de alzhéimer, por lo que los acusados la convencieron de firmar un documento supuestamente necesario para formalizar la obra ante la Administración, que en realidad era un poder general que les permitió ir trasvasando propiedades a una empresa que crearon a tal fin.

Acabaron traspasando a esa empresa la propiedad de dos plazas de garaje, dos fincas rústicas y un local situado en Güevéjar. También le robaron joyas y bienes de su casa haciendo uso de las llaves que tenían. La Fiscalía cifra en 80.000 euros el valor de lo robado.

Al tiempo, la hermana falleció y lograron que la superviviente aceptara la herencia, que poco a poco fueron transfiriendo a su empresa. No contaron con que las dos ancianas tenían una tercera hermana que se percató de la maniobra y los amenazó con acudir a la justicia.

Los ahora procesados devolvieron los bienes, pero no han logrado esquivar la acción de los tribunales y a partir del 24 de enero se sentarán en el banquillo acusados de un delito continuado de estafa en concurso con uno de falsedad continuada de documento público oficial mercantil, y varios delitos de hurto y de apropiación indebida.