Laborda, que ha presidido el Senado durante dos legislaturas y que también ha ocupado con anterioridad la portavocía socialista, explicó que son muchos los compañeros de su grupo que cuentan con la suficiente capacidad y experiencia política para dirigir el grupo parlamentario.

"Hay tiempo para hablar de estos asuntos", añadió, "pero, en cualquier caso, yo stoy en disponibilidad de colaboración. Desde que estoy en el PSOE, y llevo 20 años militando en él, he dicho siempre que a este partido no le puedes pedir nunca nada que no te pueda dar y no le puedes decir nunca que no a lo que te exige. Por lo tanto, estoy en esa actitud".

Laborda puso de relieve que tiene una "enorme ilusión" por participar en la nueva etapa política, en la que, a su modo de ver, deben primar la experiencia, el sentido común, la generosidad y la capacidad de diálogo.

COMISION GEERAL DE AUTONOMIAS

Igualmente, se refirió a la nueva situación creada en la Cámara Alta, donde el PP ha visto reforzada su mayoría tras los comicios generales, y afirmó que los populares deberían aprovechar este hecho para "fortalecer" y "dar juego" a la Comisión General de Comunidades Autónomas, como órgano más apropiado para buscar el entendimiento entre las regiones.

Esta comisión debe ser, a su juicio, el marco adecuado para abordar asuntos como las transferencias pendientes, los sistemas de inanciación, los equilibrios interterritoriales, los fondos de cohesión, la política europea y la política lingüística.

En su opinión, si el PP se decidiera a dotar de un mayor protagonismo al Senado, como cámara de consenso y acuerdo entre las distintas comunidades, podría contrarrestar las "hipotecas de los discursos antinacionalistas" que ha mantenido hasta fechas recientes.

"La verdadera credibilidad del PP", apostilló, "será cuando los presidentes de Valencia y Aragón, los señores Zaplana y anzuela, respectivamente, sean capaces de ponerse de acuerdo, aquí en el Senado, en temas tan esenciales como el agua o la lengua, que han sido motivo de fricción, a veces artificalmente alentados".

Laborda dijo que otros presidentes autonómicos del PP, como Juan José Lucas, de Castilla y León, pueden ser un importante aliado de la credibilidad del discurso del PP, "y podrá olvidarse de la vieja cantinela de que la catedral de Burgos no se reconstruye porque el Gobierno central se dedica a apoyar al Lceo".

"Si yo fuera Aznar", indicó, "haría un gran esfuerzo por fortalecer el Senado, de tal manera que el Gobierno que él pueda formar, más que trabajar en Castellana 3 (sede del Ministerio de Administraciones Públicas), estuviera presente constantemente en la Comisión de Comunidades Autónomas".

Por otra parte, Laborda se mostró partidario de no volver a convocar la ponencia de reforma constitucional, que, a su juicio, ya ha cumplido su cometido y ha servido para saber las diferencias y puntos deencuentro entre los distintos grupos políticos.

"La distancia que nos separa a unos y a otros", explicó, "es que unos concebimos una España en la que la igualdad debe ser de ciudadanos y no de comunidades, porque la Constitución habla, en su artículo 2, de nacionalidades y regiones. Los ciudadanos tienen que ser iguales, vivan en Cataluña o en Castilla y León, pero es evidente que Cataluña tiene una dimensión de afirmación de su personalidad y unas necesidades que no son las mismas de Castilla y León,que son distintas".

Otra de las prioridades del Senado en la nueva legislatura debe ser, según Laborda, celebrar el debate autonómico que no pudo ser realidad el año pasado por la coincidencia de las elecciones catalanas y la disolución de las Cortes.