Así lo reflejó Robert Prevost en la primera exhortación apostólica que ha firmado como sucesor de San Pedro al frente de la Iglesia. El documento, iniciado por su predecesor, titulado 'Dilexi te' ('Te he amado'), versa sobre el amor hacia los pobres y ha sido publicada hace unas semanas.

Ante el Día Internacional de las Personas con Discapacidad (3 de diciembre), Armando Lovera, amigo personal de Prevost, narra a Servimedia que también él cree que el Papa 267 de la Historia considera a las personas con discapacidad referentes de los valores evangélicos y que, como tal, no sólo cuenta con ellas, sino que les concede un papel protagonista.

Lovera, que acaba de plasmar su relación de amistad con León XIV desde hace décadas en 'De Roberto a León' (Mensajero) explica que, como agustino, Prevost tiene esa mirada al colectivo como Marcelino, amigo común de ambos con el que también convivieron en Perú hace décadas.

"Viven de la misma espiritualidad, de la misma fuente, son agustinos los dos. Dicen que los pobres les han enseñado a cómo acercarse a los demás", señala Lovera.

"Marcelino era padrino de Manuelito, un chico con síndrome de Down, que era hijo de la señora que atendía en la en la parroquia del Santo Cristo en Iquitos (Perú). Y él sí él me decía que es que Manolito le enseñaba a ver el rostro de Dios. No veas tú qué confianza tenía Manolito con su mamá. Y él decía: '¿Y qué confianza podríamos tener nosotros con Dios?'", recuerda.

Esa idea la ha plasmado Prevost en su reciente exhortación. "No se trata de 'llevarles a Dios', sino de encontrarlo entre ellos. Todos estos ejemplos enseñan que servir a los pobres no es un gesto de arriba hacia abajo, sino un encuentro entre iguales, donde Cristo se revela y es adorado", escribe León XIV sobre Menni y las religiosas.

El papa Prevost ha dedicado otros gestos al colectivo de la discapacidad desde su elección el pasado 8 de mayo. Desde los primeros compases de su pontificado también ha saludado con cariño a numerosas personas con discapacidad que han acudido a sus audiencias generales y celebraciones, como también lo hacía desde su época de misionero y obispo en Perú.

También ha telefoneado a uno de los interlocutores habituales del papa Francisco, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, que atiende junto a otros sacerdotes y religiosas a varios centenares de personas, entre ellas algunas con discapacidad, en la única parroquia católica de Gaza, la de la Sagrada Familia, atacada por Israel hace unos meses.

Es más, a los pocos días de su elección, León protagonizó una de las escenas más aplaudidas en el aula Pablo V del Vaticano en la audiencia que dedicó a los medios de comunicación e informadores que cubrieron el cónclave y su elección como 267 papa de la Iglesia católica.

El Papa signa con la religiosa italiana Verónica Donatello | Foto de Vatican Media

Prevost respondió al gesto de Lengua de Signos que interpretó aquel 12 de mayo sor Verónica Donatello, responsable de Servicio para la Pastoral de las Personas con Discapacidad de la Conferencia Episcopal Italiana.

Lovera recuerda a Servimedia que en una ocasión le comentó a su amigo Roberto Prevost que sus hijas estaban aprendiendo Lengua de Signos en el colegio, a modo de materia extraescolar.

"Cuando se lo conté, me dijo: 'Muy bien, eso está muy bien, hay que saber comunicarse con todos'", corrobora el amigo del Papa.

Donatello, la religiosa franciscana, también coordinadora del proyecto ‘Nadie Excluido’, promovido por el Dicasterio para la Comunicación, intervino un mes después de aquel gesto con León en la 18ª Conferencia de los Estados Parte de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (COSP) en Nueva York, para hablar del compromiso del Vaticano con la inclusión de las personas con discapacidad.

Entre los ejemplos compartidos por sor Donatello ante la ONU está la app ‘Vatican for All’, sobre accesibilidad a los eventos del Papa, pero la monja también se refirió al fomento del empleo, el ocio, la oración, el deporte y la educación para las personas con discapacidad que se hace desde el Vaticano.

PRIMER VIAJE APOSTÓLICO

Esa sensibilidad hacia las personas con discapacidad también ha impregnado el primer viaje apostólico de León, que ha tenido como destino Turquía y Líbano, con una parada en İznik (Nicea) para la celebración ecuménica del Concilio del año 1700.

En la última jornada del viaje, este 2 de diciembre, el programa recoge un encuentro con trabajadores y pacientes del Hospital ‘De La Croix’ de Jal ed Dib, el primer hospital para personas con discapacidad mental nacido "como obra de misericordia corporal".

DENTRO DE CASA

Robert Prevost ha ido, en la práctica, más allá del apoyo y la integración de las personas con discapacidad en aquellos ámbitos donde ha tenido responsabilidad. El pasado agosto, pocos meses después de llegar al Vaticano como número uno de la Iglesia, aprobó Rescripto de la Secretaría para la Economía del Vaticano que ampliaba protecciones y derechos a las familias que trabajan en el estado más pequeño del mundo. Los padres de niños con discapacidad o que estén en situación de discapacidad grave son uno de los colectivos beneficiados de la medida.

El Papa apoyó con esa medida dos nuevas disposiciones normativas que conceden cinco días de permiso remunerado para los empleados del Vaticano con motivo del nacimiento de un hijo y tres días al mes de permiso remunerado para los padres de hijos con discapacidad.

Robert Prevost saluda a un hombre con parlálisis en Perú | Foto cedida por Armando Lovera

Robert Prevost también mostró esa sensibilidad hacia otras personas con discapacidad en Perú. “En la casa de los agustinos de Lima contrataron específicamente a un chico al que le faltaba una mano” y “en todas las parroquias siempre las ha dado un lugar", rememora Lovera. “A quienes tienen síndrome de Down los quiere un montón, también a quienes están en silla de ruedas”, continuó.

Cuando Prevost estaba al frente de la parroquia de Santa María de Monserrat “siempre dio prioridad” a estos fieles, como a una chica con discapacidad intelectual que gritaba y cantaba en las celebraciones sin que a él le importase.

Armando se refiere a Gelly, una chica con grave discapacidad que participaba en las reuniones, ensayos del coro, catequesis y otras actividades de coordinación de la parroquia de Nuestra Señora de Montserrat en Trujillo, porque es una persona dependiente y su madre, Socorro, estaba "muy implicada" en la vida de la comunidad.

Cuando Prevost era párroco allí, "Gelly siempre tuvo en un lugar principal en la pastoral de los agustinos que eran los que se encargaban de la administración de la parroquia".

Precisamente, Lovera apunta en su conversación con Servimedia a la figura de otro agustino "que era formador y estuvo un tiempo en Lima hasta que fue perdiendo facultades" por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). "Era muy querido por la comunidad, que le ofreció bastantes adaptaciones para que él pudiera participar en las cosas cotidianas. Al final le tuvieron que trasladar a Estados Unidos y allí falleció".

Pero, matiza el amigo, Robert Prevost “dijo que hay que saber cuidar a los que forman parte de la familia". "Pedía acompañamiento para estas personas”, agrega el autor de ‘De Roberto a León’, que siempre adivinó en su amigo una clave que puede protagonizar su pontificado: además de los jóvenes, la opción por los pobres, esos "maestros" en los que también incluye a las personas con discapacidad.

En la casa de los agustinos de Lima, estando allí Prevost como responsable, había un chico que trabajaba en la casa de retiro. "Le faltaba una mano, tenía una especie de garfio, y trabajaba en mecánica y era chófer", concluye Lovera, como ejemplo del 'estilo Prevost' para la plena inclusión eclesial de las personas con discapacidad.