"Cuando no se adjudicaban las obras para acabar la Nacional III se me achacó a mí la responsabilidad, siendo presidente de la Generalitat Valenciana. Ahora, por lógica, se me tiene que adjudicar algo por haber concedido los fondos para ejecutarla", explicó.

El ministro insistió en que, cualquiera que sea el trazado final del tramo pendiente de la N-III, "en ningún caso dañará las Hoces del rio Cabriel", al mismo tiempo que se felicitó "porque el Gobierno del Partido Popular en la Comunidad Vlenciana ha respetado la opción que nosotros (los socialistas) desde el Gobierno de la Generalitat habíamos propuesto desde un principio".

Lerma no quiso pronunciarse sobre el resultado de la reunión entre el ministro de Obras Públicas, José Borrell, y el presidente de Castilla La Mancha, José Bono, prevista para el próximo lunes, con el fin de llegar a un acuerdo sobre el trazado definitivo. "Sencillamente porque no he sido invitado a esa reunión", apuntó.