"Se está avanzando y, efectivamente, los trabajos se están desarrollando con una cierta fluidez", explicó a Rne. No obstante, agregó, "todavía estamos lejos del acuerdo".

El escollo sigue siedo la redacción de algunos matices jurídicos, pese a que han quedado claros tres objetivos del PSOE "que no tienen objeción por parte del Gobierno". El primero de esos puntos es que la ley debe dejar claro que no se persiguen ideas, sino comportamientos.

El segundo, que la mejor ley de partidos será la que cuente con un mayor respaldo y, por eso, los socialistas consideran necesario un consenso mayor al de los dos partidos mayoritarios. El tercero, es que la norma debe ser "impecablemente constitucionl" y no dejar ningún resquicio de duda que pueda suponer un traspié para los demócratas.

Pérez Rubalcaba consideró, además, que la ley deberá ser aplicable a comportamientos posteriores a su aprobación, pese a que no se ponga "el contador a cero" y los tribunales puedan tener en cuenta los antecedentes.