El análisis que se hace desde el Gobierno es el siguiente: tras la reunión que ayer mantuvieron en Durango (Vizcaya) los integrantes del Pacto de Estella y a la espera de la reunión que el sábado próximo celebrará la Asamblea de Municipios de Euskalherría, los peneuvistas insisten en ir por un camino que no les ha dado más que problemas.

En palabras de una de las fuentes consultadas, siguen sin darse por enterados de que "electoralmente les ha salido mal; políticamente han perdio el espacio de centralidad que tenían en el País Vasco; y al Gobierno de Ibarretxe, de `segunda división', no lo conoce nadie, sin peso político. En este vacío, la agenda viene marcada por Estella, no por Vitoria".

El PNV, en opinión de todas las fuentes, debería haber intentado tomar las riendas en la reunión de Durango, "aunque sólo fuera para acallar las disensiones internas", y no seguir en una dinámica de "río revuelto" en la que una fuerza como EH siempre lleva las de ganar políticamente.

esde la órbita del Ejecutivo se insiste en que hay un pacto PNV-ETA, "no firmado pero indestructible". Aún asumiéndolo, dice una de las fuentes, el PNV no puede dejarse llevar tanto porque, al final, se dan más pasos hacia la construcción nacional, como quiere ETA, pero a cambio no hay condena explícita de la violencia callejera ni mayores exigencias a la organización armada.