Durante su discurso de investidura, que ha durado más de una hora y en el que ha dedicado a los presentes algunos minutos en euskera, López destacó como "primera" obligación "trabajar sin descanso para la libertad de los ciudadanos".

De sus palabras dedicadas al terrorismo, López señaló que "ETA debe perder su esperanza de alcanzar sus objetivos totalitarios" y se mostró convencido de que "nunca conseguirá destruir 'la Euskadi' que hemos puesto en marcha; no puede haber sitio para bombas y pistolas".

Tras destacar que la la banda terrorista "está en su posición más débil, aunque tenga capacidad de matar como han demostrado en el último año", rindió homenaje a todas las víctimas del terrorismo y dejó claro que desde su Gobierno, "Euskadi nunca se construirá en el olvido".

"Estamos cada vez más cerca de acabar con ETA aunque todavía no lo hemos logrado. ETA sólo tiene un destino", dijo, al tiempo que destacó "la voluntad es trabajar sin descanso para ver este final y reclamaré para ello el apoyo de todas las fuerzas parlamentarias".

Así, el futuro lehendakari del Gobierno vasco pidió el respaldo de los parlamentarios "para unir a la sociedad, para acabar con la de confrontación política e institucional y para poner las prioridades de la política donde están los problemas reales de la gente".

López dedicó también un reconocimiento al acuerdo alcanzado con el PP vasco que va a permitir que gobierne durante los próximos cuatro años y que "dará estabilidad" y valoró la composición del Parlamento vasco, en el que por primera vez no está incluida la izquierda abertzale que no condena la violencia.

"Aquí estamos todos los que tenemos que estar, este Parlamento incluye a todos y no margina a nadie; únicamente aquellos que han decidido automarginarse son los que no pueden tener asiento en esta Cámara", destacó.

Además, señaló que "los socialistas renunciamos a imponer a los ciudadanos la forma de entender la identidad pero garantizaremos que todos, socialistas y nacionalistas, puedan reivindicar su identidad" y apeló a la solidaridad de la sociedad vasca, porque "el progreso común nos beneficia a todos y más en un momento de crisis como el actual".

Asimismo, aseguró que otro de sus objetivos es "recuperar el espíritu de Guernica y defender lo que es la máxima expresión de nuestra legalidad democrática", ya que, en su opinión, "es el marco que nos ha permitido tener la mayor etapa de autogobierno".

Sobre la relación con el Gobierno central, López prometió que "defenderé los intereses de Euskadi con vigor y decisión, abriendo una negociación seria para impulsar las transferencias pendientes y reforzar el marco de autogobierno de acuerdo con la legalidad vigente".

El futuro lehendakari también se refirió al ámbito de la Educación y la Sanidad y, respecto esta última, destacó que su compromiso es crear una política sanitaria universalizada, gratuita y de calidad, colocando los derechos y necesidades de los ciudadanos en el centro del sistema sanitario vasco".

En esta línea, también se refirió a la nueva gripe y aseguró que desde su gobierno se empleará "total transparencia, un reforzamiento de los sistemas de vigilancia y disponibilidad de medicamentos, además de la construcción en Euskadi de un centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS)".

Respecto a la vivienda, recordó su compromiso de construir 40.000 viviendas protegidas y 16.000 en régimen de alquiler para "contribuir al acceso a una vivienda digna y al mercado de alquiler".

Además, apostó por prestar especial dedicación a conseguir la igualdad entre hombres y mujeres y el desarrollo de la Ley deDependencia, de la que dijo "la legislatura que comienza tiene que ser la del desarrollo pleno de la la ley".

En materia lingüística, López dijo que "Euskadi tiene dos lenguas que le son propias y no queremos discriminar a nadie" y destacó que "ayudaremos a aquellos que quieran estudiar el euskera pero sin que este deseo limite la libertad de otros".

No quiso concluir sin pedir a Ibarretxe que "actúe con la responsabilidad que le correponde" y agradecerle "su esfuerzo y trabajo" durante los últimos 12 años al frente del Gobierno vasco. Así, destacó que "hemos discutido mucho pero en ocasiones nos hemos entendido".

Finalmente, López apeló a sus raíces y subrayó que "soy de Portugalete y nunca había soñado con este honor", se definió como "hijo y nieto de trabajadores" y manifestó que la lucha de sus antepasados "por la libertad y derechos de trabajadores me han traído hasta aquí".

"Respeto mutuo, aceptar la diferencia, unir a la sociedad vasca y hacer esfuerzos para llegar a apoyos. Ésta es la mano del nuevo gobierno, que ofrece y pide colaboración y no la voy a retirar nunca", concluyó.