En ninguna de las líneas fue necesario aumentar la dotación de convoyes habitual, pero la lección de los prolongados atasos a la entrada de Madrid de ayer se tradujo hoy en una mayor afluencia de usuarios del tren.

La línea C-7 (Príncipe Pío-Chamartín), que pasa por Pozuelo, Aravaca, Las Rozas y Majadahonda, experimentó una subida de entre el 15 y el 20 por cien de pasajeros.

En la C-7 hay una frecuencia de trenes de 15 minutos durante todo el día, con la diferencia de que en horas punta las unidades son dobles (de 1.500 en vez de 750 plazas).

En cuanto a la C-8 (Villalba-Atocha-Guadalajara), la ganancia oscil entre el 10 y el 15 por cien. Sus convoyes, sencillos, circulan cada 10 minutos entre las 7,30 y las 8,30, y cada 15 ó 30 minutos en el resto de la hora punta. El resto del día, funcionan cada media hora.

A diferencia de la otra línea, la C-8 emplea en hora punta algunos trenes de dos pisos, que aumentan la capacidad de las unidades de 750 a casi 2.000 plazas.