La "Operación Cuneta" se inició en abril de 2002 cuando se localizó el cuerpo sin vida de un ciudadano colombiano de 52 años en el kilómetro 39.200 de la N-III, quien presentaba síntomas de muerte por estrangulamiento.

En un primer momento los investigadores tuvieron ciertas dificultades para la identificación de la víctima y se solicitó ayuda a los medios de comunicación.

Días después, el cuerpo era identificado y comenzaron las investigaciones n el círculo de sus amistades. Los agentes comprobaron que el fallecido tenía relación con otro colombiano, quien al parecer era el encargado de importar a España cocaína y de organizar el entramado para su posterior distribución en nuestro país.

Al parecer, unos días antes de la muerte, el fallecido cobró una importante cantidad de dinero por la realización de una transacción de cocaína, dinero que poco después le seriá robado por otro colombiano, superior jerárquicamente en la organización a la que ertenecían, y quien además maquinó su muerte para no tener que rendir cuentas a la red.

Según se desprende de las investigaciones, la muerte se produjo por asfixia en algún lugar cerrado y fue posteriormente trasladado hasta el punto kilométrico donde fue localizado el cuerpo.