Los "cacos" se valían de una pistola del calibre 9 milímetros, otra 'walter' del 7,65 y un revólver simulado, así como de bragas, con las que se ocultaban el rostro una vez que entraban en los bancos.

Durante los últimos once meses se apoderaron de un botín superior a los 14 millones de pesetas, con el que al parecer ostenían su adicción a la heroina, según fuentes de la Jefatura Superior de Policía.

Tras aproximarse uno de ellos a la sucursal elegida intentaba penetrar a través del arco detector de metales, y al activarse éste, hacía ademán de desprenderse de todo lo que portaba en los cajetines destinados al efecto.

Al volver a sonar de nuevo, el atracador aducía que el motivo no era otro que el marcapasos incorporado después de su reciente operación de corazón. Así conseguía franquear definitivamente el aceso de la entidad.

En el interior se subía la braga hasta los ojos y obligaba al empleado a abrir el dispositivo de seguridad a su complice, que se encargaba de vaciar la caja. Tres de las dieciocho sucursales fueron asaltadas por dos veces.

Salvador J.V. fue detenido en Alcalá de Henares cuando llegaba a su domicilio con la pistola de 9 milímetros, mientras que Alberto D.S. fue interceptado cuando abandonaba un inmueble en la calle de Jorge Juan, mientras portaba la pistola 'Walter' cargada, adeás de un revólver simulado.

De los dos "atracadores de la braga", como conocía la Policía a los dos "cacos", el más peligroso es Alberto D.S., que posee ocho delitos por atraco y contra la salud pública. Salvador J.V. ha sido arrestado en dos ocasiones por robo.