Según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, el arma homicida que se le intervino al guardia civil detenido es un revólver del calibre 38, con licencia del tipo B, de las que existen 9.958 licencias en España. El permiso para la utilización del arma le fue concedido el 20 de diciembre del año pasado, cinco meses después de causar baja en la Benemérita.

La Dirección General de la Guardia Civil informó a Servimedia que el ex guardia civil tenía anteceentes policiales por agresión sexual. Este suceso ocurrió cuando el presunto homicida ya estaba fuera del cuerpo, el 14 de mayo de este año, en el distrito de Arganzuela.

Tras el citado incidente, el Cuerpo Nacional de Policía solicitó la revocación del permiso de armas del tipo B que poseía el presunto homicida.

El expediente de revocación del permiso de armas estaba en trámite, por lo que no era posible retirarle la pistola con la que esta madrugada supuestamente mató al joven marroquí hasta qu no se resolviera la revocación.

ACCIDENTE DE MOTO

De acuerdo con las mismas fuentes, el presunto homicida causó baja en la Guardia Civil el pasado 19 de julio de 1996 por "causas psicofísicas". El ex agente de la Benemérita, que prestaba servicio en la Dirección General de Tráfico, tuvo un accidente de moto en el ejercicio de sus funciones, en el que se rompió una rodilla. Tras el percance, le concedieron la incapacidad laboral permanente y causó baja en el cuerpo.

El suceso de la calle Barquilo ocurrió minutos después de las cuatro de la madrugada de hoy. Mourad transitaba por el lugar acompañado de dos amigos y de su novia, y al parecer se detuvo para atarse un zapato.

Sus acompañantes se adelantaron unos metros y, de repente, oyeron gritos y detonaciones. Al mirar hacia atrás, vieron a Mourad tendido en el suelo y a un hombre disparando.

Una ciudadana alertó al 091 de lo que estaba ocurriendo. Inmediatamente se presentó un radiopatrulla, cuya dotación detuvo allí mismo al presunto omicida, identificado como Miguel Angel M.U.

Los agentes le intervinieron un revólver del calibre 38 con los seis cartuchos percutidos. En dos coches aparcados se observaban impactos de bala. Empleados del Samur atendieron al joven, pero no pudieron hacer nada por salvar su vida. En un primer examen observaron que tenía una herida por arma de fuego en la espalda.

Tras el homicidio, el detenido se negó a someterse al análisis de sangre para determinar una posible intoxicación etílica que parecía eidente. Por el momento se desconoce el móvil del crimen.