La denuncia presentada pr Greenpeace se basa en los siguientes hechos:

-Falta de un estudio de impacto ambiental, que hubiera permitido la participación de los distintos sectores sociales y la valoración de otras alternativas.

-Falta de garantía de protección de la salud pública por las emisiones de sustancias altamente contaminantes, entre las que destacan las dioxinas, que provocan cáncer.

-El vertedero de cenizas tóxicas procedentes de la incineradora se pretende construir sobre unos terrenos permeables, con lo ue es alto el riesgo de contaminación del subsuelo.

Según Olivia Núñez, responsable de salud y medio ambiente de Greenpeace-España, "existen suficientes evidencias del riesgo sobre la salud pública y el medio ambiente que la incineradora de Valdemingómez ocasionaría si llegase a funcionar".

La organización ecologista internacional considera que "la única medida que puede prevenir que esto ocurra es que el Ayuntamiento de Madrid paralice la construcción de la incineradora".