Según los datos facilitados a Servimedia por la jefatura, casi un seis por ciento de los menores que se escaparon de su casa no han regresado y el resto volvieron con su familia cuando habían transcurrido unas 72 horas (de media).

De las 778 fugas de menores durante 1996, 114 fueron chicos y chicas de 17 años, 204 tenían 16 años, 165 habían cumplido los 15 años, 139 tenían 14 años, 70 contaban con 13 años, 30 se marcharon con 12 años, 1 con 11 años y un niño se escapó de casa con 10 años. Otros 11 pequeños abandonaron el domicilio familiar con menos de 10 años.

Las razones más comunes que alegaron los menores que se fugaron fueron: el fracaso escolar, los malos tratos por parte de sus progenitores, tutores o familiares y su negativa a someterse a la disciplina familiar impuesta.

De acuerdo con las mismas fuentes, los menores que se fugan de sus domicilios suelen ser mujeres en mayor proporción.