Según informó este lunes el Ayuntamiento de Madrid, estas adaptaciones de baños no solo responden a criterios de funcionalidad, sino que ponen en el centro a las personas, permitiéndoles mantener su autonomía y seguridad dentro de sus hogares. En muchas ocasiones, la presencia de una bañera supone una barrera física importante para quienes tienen dificultades para moverse y su eliminación es un paso decisivo para facilitar el uso diario del cuarto de baño sin riesgo de caídas ni necesidad de ayuda de otras personas.

Además, esta medida prioriza la adaptación progresiva del parque de vivienda pública a las necesidades reales de sus usuarios, ya que, según señaló el delegado de Políticas de Vivienda y presidente de EMVS Madrid, Álvaro González, “facilitar el día a día de los inquilinos no es solo una cuestión de infraestructuras, es también una forma de cuidar, de garantizar derechos y de generar un parque de viviendas públicas cada vez más accesible”.

Cualquier inquilino de un piso gestionado por EMVS Madrid puede solicitar la sustitución de su bañera por un plato de ducha. El Departamento de Servicios Sociales evalúa la solicitud según distintos criterios, como el grado de discapacidad, la edad y la situación familiar o de dependencia y, una vez obtenido el informe positivo, el Departamento de Patrimonio de EMVS Madrid se encarga de coordinar y ejecutar las obras en la vivienda.

Desde 2019 hasta 2023, EMVS Madrid realizó 94 sustituciones de bañeras por platos de ducha, con una inversión cercana a los 153.000 euros. En el periodo comprendido entre 2023 y junio de 2025 se llevaron a cabo otras 103 actuaciones, que supusieron un coste adicional de 140.100 euros. En total, en estos seis años, la inversión alcanza los 293.000 euros, con un coste medio de 1.400 euros por intervención en cada vivienda.