Maestre cargó contra la manera en que se gestionan servicios como el Samur Social o la Red Municipal contra la Violencia de Género, cuyos trabajadoros han protestado recientemente por las condiciones que imponen las empresas concesionarias. En ese sentido, explicó que habría que ir “superando” el modelo de “los servicios públicos precarios, mal pagados y por tanto también mal dotados y mal dados”.

Aseguró además que “lo social se ha pensado durante muchísimo tiempo como una cosa secundaria e incluso estigmatizada”, que solo “afecta a las personas más vulnerables de la ciudad” y que por tanto, “hay que cuidarlo menos”, cuando “por ejemplo”, Samur Social, es “fundamental”.

Por todo ello, reiteró que el modelo de “malvender servicios” a empresas que tienen interés en “la tasa de beneficio que hay" entre lo que cobran "del Ayuntamiento de Madrid” y lo que se quedan “después de pagar los gastos de los trabajadores” no “sirve ni para los trabajadores, ni para los ciudadanos”, y solo es útil para las empresas que “hacen su pequeño agosto con este modelo”.

RED DE VIOLENCIA DE GÉNERO

En cuanto al caso de la red contra la violencia de género, declaró que las trabajadoras denuncian que “cobran salarios irrisorios por jornadas laborales con un enorme estrés emocional”, donde tienen que atender “ocho horas en una consulta donde cada una de las personas que llega, llega con una situación de precariedad económica, de vulnerabilidad social, con el ánimo destruido“ y “con el miedo por lo que le va a pasar” a sus hijos.

La portavoz concluyó que “hay un modelo” que tiene que “cambiar” porque también se aplica “a los comedores de los institutos, de los colegios públicos” y a “lo que tiene que ver con la atención social” y que además es al que “quieren conducir a la sanidad pública” por lo que es importante que se impida “de forma tajante” que “ese modelo de precarización” y de vender “al peor postor” llegue también “a la sanidad”.

“Que se doten a las plantillas de las personas y de las plazas que se necesitan para prestar bien el servicio, y que los servicios no se adjudiquen pensando en ahorrarnos el mayor dinero posible”, reclamó.

RESIDENCIAS

Al respecto de las residencias de mayores, servicio que ofrece la Comunidad de Madrid, ironizó que “sería increíble que, por una vez en Madrid, cuando se hablara de una residencia, fuera una noticia buena”, porque “rompería con unos años en los que la palabra 'residencia' siempre va unida a maltrato, abandono y desprestigio de las personas mayores”.

En ese sentido, reclamó “residencias de mayores que sean respetuosas con los mayores, que garanticen su autonomía” y donde “coman bien”, algo que parece “de una enorme ambición” pero que debería ser básico “en un país rico”.