Mañueco comenzó su intervención en el debate de investidura destacando la pluralidad de la Cámara tras las elecciones del 13 de febrero y señaló que en las negociaciones pensó siempre en las personas de Castilla y León respetando la voluntad mayoritaria del electorado, evitando la repetición de elecciones, buscando la estabilidad política en esta comunidad, garantizando los principios de la Constitución y el Estatuto y planteando un gobierno sólido y fuerte.

Asimismo, Mañueco aseveró que “la España actual no puede entenderse sin Castilla y León” y destacó que esta circunstancia “tiene que ser impulso y motor de nuestro crecimiento social y económico”. “No podemos entender Castilla y León sin España como referente. Nuestra nación, única y centenaria, que a todos nos convoca y agrupa desde su rica diversidad y pluralidad y a la que tanto hemos contribuido”, remarcó.

“Somos castellanos y leoneses, que es nuestra forma de ser españoles”, insistió y, por eso, “cualquiera que atente contra España, su integridad o su futuro atenta también contra Castilla y León”. En este sentido, el candidato hizo votos por ser “una parte muy activa de nuestra nación. Ocupando el lugar que merecemos por nuestra historia y nuestro protagonismo actual, con todo lo que ello implica. Ni más ni menos”, señaló.