Lo dijo en declaraciones a los periodistas durante su participación en la concentración convocada por asociaciones vecinales y por familias del colegio público Perú contra la entrada de una tuneladora en el Parque de Comillas para excavar en las obras del suburbano.

Reyes Maroto alertó del “impacto medioambiental y social” del proyecto de la Comunidad de Madrid en un distrito que “durante muchos años pedía que el Metro llegara, pero no debe llegar de esta manera”.

Por esa razón, pidió al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid que “pare este proyecto, que se siente con las familias afectadas y se busquen soluciones alternativas que minimicen el impacto de este proyecto en el barrio”, el cual “tiene nombre y apellidos: los 500 niños afectados por la tuneladora, que durante años generará ruidos y partículas”.

Reyes Maroto arguyó que hay “argumentos suficientes” que demuestran que “se pueden hacer las cosas mejor”, como, a su juicio, lo pone de manifiesto la batería de propuestas planteadas por el Grupo Municipal Socialista o las alternativas puestas sobre la mesa por los propios vecinos.

Esto le sirvió para recordar que la tuneladora iba a emplazarse en otro distrito y, tras dejar claro que “no queremos confrontar entre vecinos”, deslizó que “hay un espacio que podría ser una alternativa” para la referida tuneladora, la cual “debería estar en otro lugar del distrito o en otro distrito”.

En cuanto a los huesos que, según los vecinos, ha encontrado el personal de arqueología que trabaja en las obras, Reyes Maroto pidió al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid que practiquen catas para contrastar este hallazgo. En ese sentido, lamentó que ambas instituciones tengan “prisa” con el único fin de llegar a 2027, año en que deberán verificarse las próximas elecciones municipales y autonómicas, con “la obra terminada”.

Por otro lado, exigió al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, “dar la cara” y sumarse a las protestas de los vecinos, en lugar de “ponerse detrás de la Comunidad, que desprotege a los vecinos y vecinas”. A su juicio, la ciudad de Madrid necesita un Gobierno “más serio, más solvente, que piense más en los vecinos y menos en los especuladores y en los fondos de inversión, y que no venda la ciudad a trocitos”.

Por último, consideró que si el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid se avienen al “diálogo” y al “consenso”, se podrá hacer una “obra en condiciones” y “el impacto se va a reducir”.