En su discurso, aseguró que cuando su padre, Amancio Ortega, abrió la primera tienda en la calle Juan Flórez de A Coruña hace 50 años no era consciente de que "estaba escribiendo historia" pero sabía que tenía que operar con "cariño, dedicación y compromiso".

“Trabajó desde el primer momento poniendo al cliente siempre en el centro. Escuchándole, comprendiéndole, ofreciéndole diseño, calidad y cercanía. No se trataba solo de vender ropa, se pretendía entender a las personas”, aseguró la hija del fundador de la compañía.

Asimismo, destacó que, aunque el mundo actual vive tiempos “complejos, llenos de desafíos", la vocación de Inditex siempre es mirar hacia el futuro. “Queremos crecer, sí, pero no solo en tamaño”, confirmó, a la vez que apeló a la importancia de la responsabilidad y la aportación de valores. “Queremos que ese crecimiento nos lleve a ser cada vez mejores. Y para lograrlo no podemos perder nunca de vista nuestro espíritu”, destacó.

Por último, Ortega puso en valor la figura del hasta hoy vicepresidente de la compañía, José Arnau. “Su contribución a esta empresa, su profundo conocimiento del sector y su dedicación durante tantos años es algo que permanecerá siempre con nosotros”, sentenció.