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Trabajo

Más de 9.000 menores y jóvenes entre 16 y 23 años logran un permiso para trabajar en España gracias al nuevo reglamento de Extranjería

- Al menos 4.000 de ellos ya se han dado de Alta en la Seguridad social

MADRID
SERVIMEDIA

Un total de 9.321 menores extranjeros no acompañados y jóvenes extutelados entre 18 y 23 años obtuvieron permisos de residencia y de trabajo gracias a la reforma del reglamento de la Ley de Extranjería que entró en vigor el nueve de noviembre de 2021. De estos, al menos 4.000 consiguieron encontrar un empleo, puesto que la Seguridad Social registró unas mil altas al mes dentro de este colectivo entre diciembre y marzo.

Así lo anunció el ministro de Inclusión, Seguridad social y Migraciones, José Luis Escrivá, que compareció este viernes en rueda de prensa para hacer balance de los seis meses de esta reforma, que ya ha beneficiado a 3.504 menores y a 5.817 jóvenes que, hasta entonces, "habían quedado en un limbo".

Según las previsiones iniciales del Ministerio, el nuevo reglamento permitiría el acceso a la residencia y al mercado de trabajo a unos 15.000 jóvenes, entre 8.000 menores no acompañados y 7.000 jóvenes extutelados

“Hemos superado ya más del 60% del objetivo propuesto”, declaró Escrivá, y “tenemos 1.200 expedientes en tramitación”. “En pocos meses vamos a alcanzar el 70%”, comentó, destacando que “podemos estar satisfechos”.

La reforma del reglamento de la Ley de Extranjería, aprobada en noviembre, buscaba evitar que los menores migrantes tutelados quedasen desamparados y cayeran en la irregularidad sobrevenida al cumplir la mayoría de edad.

Con la nueva normativa, la Oficina de Extranjería está obligada a documentar de oficio a los menores en un plazo máximo de 3 meses -antes era de 9-, sin que este procedimiento interfiera en una posible repatriación.

Además, el permiso de residencia conlleva un permiso de trabajo para estos menores a partir de los 16 años –igual que los jóvenes de su misma edad de nacionalidad española- y se mantendrá cuando el menor cumpla los 18 años y deje de estar tutelado por la comunidad autónoma. De este modo, se evita la irregularidad sobrevenida en la que muchos jóvenes migrantes entraban al cumplir la mayoría de edad.

Por otro lado, el antiguo reglamento exigía unos ingresos correspondientes al 100% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem), 537,84 euros al mes, para acceder a las primeras renovaciones del permiso de residencia, y del 400% ( 2.151 euros al mes) para las segundas.

El nuevo fija como requisito una cuantía mínima más adecuada, equivalente al Ingreso Mínimo Vital (IMV), Y permite que se computen los ingresos procedentes de un empleo o del sistema social. En todos los casos, se tendrán en cuenta los informes de integración favorables.

NUEVOS TRABAJADORES

Escrivá afirmó que gracias a la reforma, cuatro de cada cinco migrantes a partir de 16 años se encuentran ya en situación de “residencia lucrativa” (la no lucrativa debe concentrarse en estudiantes y casos excepcionales).

También agregó que entre diciembre y marzo, la Seguridad social “está registrando unas mil altas al mes de adolescentes y jóvenes” que obtuvieron su permiso de trabajo tras la reforma. “Estos son jóvenes que están ya trabajando con nosotros”, subrayó Escrivá.

Asimismo, resaltó la “gran movilidad sectorial” de los jóvenes migrantes que han empezado a trabajar. “Antes se concentraban en la agricultura”, explicó, pero ahora, “aunque las contrataciones también han aumentado aquí”, crecen sobre todo en la hostelería, las manufacturas y el comercio.

En su intervención, Escrivá subrayó “el trabajo tan importante” de las organizaciones ”con las que colaboramos y que apoyan a estos menores en su proceso de inclusión día a día”. Representantes de algunas de ellas, como Fundación Raíces, Save the Children, Plataforma de Infancia y SOS Racismo Guipúzcua, además de Acnur, estuvieron presente en el acto.

También participaron en el evento varios jóvenes que ya pueden trabajar y residir de forma legal en España gracias al nuevo reglamento. “Ya nadie puede amenazarnos con que nos van a expulsar”, explica en un andaluz casi perfecto Taric, llegado hace siete años desde Marruecos.

Tenía 11 cuando entró de forma ilegal en Melilla y ahora tiene 18. Lleva varios meses trabajando en un bar de Barbate, donde los dueños le “tratan como a un hijo”. Su compañero Mohammed también se dedica a la hostelería y su sueño es seguir formándose para “abrir algún día su propio negocio”.

Según explica varias empresas en las que trabajó antes quisieron hacerle un contrato, pero no podían porque no tenía papeles. "Era la pescadilla que se mordía la cola”, que ahora, “por suerte”, ya se ha solucionado.

(SERVIMEDIA)
03 Jun 2022
AGQ/mjg