"LA MAYOR DESGRACIA DEL CINE ESPAÑOL ES LA DESCONEXION ENTRE PRODUCTORES Y PUBLICO", SEGUN LOS EXIBIDORES

MADRID
SERVIMEDIA

José del Villar, presidente de la Federación de Entidades de Empresarios de Cine de España (FEECE), considera que "la mayor desgracia del cine español es la desconexión que existe entre lo que hacen los productores y los gustos del público".

Estas declaraciones coinciden con un momento en que se ha desatado la polémica entre productores y exhibidores, que se echan las culpas mutuamente sobre la crisis de la industria. Procine, la coordinadora de productores,acusó recientemente de fraude en los datos de taquilla de las salas.

Según Del Villar, las películas que ahora se realizan en nuestro país están alejadas de lo que los espectadores quieren, porque los productores se empeñan en hacer los filmes que a ellos les gustan sin tener en cuenta a quienes deben consumir esos productos.

Como demostración de esta teoría, expuso que los dos últimos estrenos de cine español en Madrid, "Una estación de paso", de Gracia Querejeta, y "Yo me bajo en la próxima ¿y sted?", de José Sacristán, registraron audiencias ridículas en el día de su estreno, que en algún cine se redujeron a 60 espectadores al día.

"Las pérdidas son gravísimas cuando una película fracasa, y al exhibidor es al primero que le cuesta, porque abrir el cine supone 100.000 pesetas al día y si la recaudación es mala no recupera ese gasto", aseguró el presidente de la FEECE.

DIFICIL SUPERVIVENCIA

Según datos del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) facilitados or los exhibidores, en 1991, de las 1.806 salas que operaron en España, 1.670 facturaron por debajo de 50 millones de pesetas, que es lo mínimo imprescindible para la supervivencia.

"Ya nos gustaría a nosotros", dijo Del Villar, "poder negarnos a las condiciones leoninas que nos imponen las distribuidoras norteamericanas, que exigen en algunos casos el 65 por ciento de la recaudación de una película, si tuviésemos películas españolas que nos ofreciesen los mismos beneficios".

Por último, señaló qe la cuota de pantalla, que actualmente obliga a los exhibidores a programar un 30 por ciento de títulos europeos entre las películas que exhiben, debería aplicarse también a las televisiones, en las que la proporción es de diez largometrajes norteamericanos por cada cinta comunitaria.

"En Francia, con todo lo que se les pueda acusar de 'chauvinistas', tienen una legislación que exige que la mitad de las películas que se pasen por televisión sean europeas, y de esas el 60 por ciento han de ser francess", aseguró Del Villar.

(SERVIMEDIA)
20 Nov 1992
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