Según informó la semFYC, entre los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la reducción del 30% en el consumo de tabaco para el año 2025, basándose en los datos de consumo del año 2010.

En este sentido, desde el Papps aseguraron que “en comparación con el 2010, se ha producido en España un claro descenso en consumo de tabaco” y se calcula que “encareciendo el precio del tabaco, se conseguiría una reducción del hábito de fumar de entre un 10 y un 15%”.

España es uno de los países miembros de la Unión Europea que vende la cajetilla de tabaco más barata de todo el continente: el coste medio de este producto es de 4,60 euros. En el otro extremo se sitúa Irlanda, donde el precio de la cajetilla alcanza hasta los 12,81 euros.

Ante estos datos, el Papps remarcó que el coste medio de un paquete de cigarrillos en España debería igualar al del país vecino como Francia, donde este precio se fijó en diciembre pasado en unos 12 euros.

IMPLICACIÓN MINISTERIAL

Por ello, desde esta sociedad científica, se solicitó “la implicación y el compromiso de todos los ministerios que pueden favorecer el alcance de esta medida, que estaría en manos de los ministerios de Sanidad y Hacienda para poner a España al nivel europeo en cuanto al compromiso con la lucha contra el tabaquismo”.

Además, este organismo de la semFYC, destacó que “en la mayoría de los países europeos, la tributación del tabaco se sitúa entre el 80 y el 90%, mientras que en España, los impuestos se marcan en el 51%”.

Asimismo, los miembros del Papps señalaron que "la aplicación del aumento del precio de la cajetilla integrado en un plan de deshabituación tabáquica cumple con las expectativas establecidas”.

Sin embargo, sostuvieron que es necesario endurecer las medidas antitabaco y, en esta línea, reclamaron más acciones: “Aumentar la inclusión de todos los ministerios en el enfoque integral sobre el tabaquismo, no limitándose únicamente al de Sanidad”.

Además, solicitaron controlar el creciente consumo entre los jóvenes e igualar los productos derivados del tabaco, como los vapeadores o el tabaco calentado, con el tabaco tradicional en términos de tributación y regulación de espacios, así como la ampliación de zonas libres de humo como terrazas e interior de vehículos privados.